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372 MADAMA DE SEVIGNÉ

sangria, os ruega que me lo digáis. Decidmelo, pues, querida mía, pues yo me alegraría que mi sangre no se haya derra- mado inútilmente.

Hemos reído mucho, con lo que me rogáis al fin de vuestra carta, que me purgue, y justamente me disponía á tomar mi polvo y mi maná de los capuchinos, pero sin ninguna nece- sidad, solamente por las probabilidades de la cuaresma, y del largo tiempo que hacía que no me purgaba. Ya estoy pues purgada, como vos sangrada, y me encuentro muy bien.

Al llegar la noche tuve una gran compañía. Mr. y Mad. de Chaulnes, Mad. de Kerman, Mr. de Rennes, Mr. de Saint-Maló, de Revel, Tonquedec y varios ilustres bretones, Me parece que os veo cuando miro á Mad. de Chaulnes haciendo mara- villas con todos, guardando las proporciones, pues todo es medido, y sin emba:go, dentro de la familiaridad. Yo como en un campo, y ceno en otro (1), es decir, la mañana con mi querida anfitriona (Hadame de Marbeuf), y la noche en el hotel de Chaulnes. El duque está continuamente ocupado; siempre enviando tropas y siempre alojándolas, siempre con revistas, con tambores, con regimientos y con oficiales, con una mesa de diez y ocho cubiertos y otra de diez, muy espléndidas y todo va, — dice el caballero, — como una barca cuando se ha roto la cuerda.

Mad. de Chaulnes me ha dado gracias por esta comparación, y me ha dicho muy bajo : si tuviese hijos, no haría esto.

El lunes vamos á los Rochers para descansar un poco; mil hijo tiene por ello una verdadera alegría, su mujer lo necesita, y yo no respiro más que en los Rochers. Nosotros decimos que volveremos á cada instante; Dios conducirá mis pensamientos y mis proyec;os. Acabo de leer un bonita carta que me envía Mlle. Descartes; haced responder á Paulina y haced honor a Mr. Descartes y á la religión: como es preciso necesariamente un milagro, es fácil de colocarle según las necesidades que

(1) Alusión á una copla de Marigoy, durante la guerra de la Fronda,