. CARTAS ESCOGIDAS 3
no 0s dejo jamás sino con pena y por consideración á ve con todas las demás, es por consideración á mí. Nada es mi justo ni más natural, pues no hay dos personas para quien se sea lo que yo soy para vos. Así, dejadnos un poco en nue ira santa libertad; yo me acomodo á ella y con libros paso tiempo á su modo, tan de prisa como en vuestro brillante ca: tillo. Yo compadezco aquellos á quienes no les gusta lee Vuestro hijo es de este número hasta ahora, pero yo esper: que cuando él sepa lo que es lo ignorancia en un hombre « guerra, que tiene que leer tantas grandes acciones de los otro querrá conocerlas y no dejará este hueco sin llenar.
La lectura enseña también á escribir: yo conozco oficial generales, cuyo estilo es popular. Es, sin embargo, una co: muy bonita, el saber escribir lo que se piensa, pero algun: veces también, estas gentes escriben lo que cllas piensan como ellas hablan. Todo es completo. Creo que el marque escribirá bien. Hace largo tiempo que quiero que vaya á vert por el mes de noviembre, y como pronto tendrá diez y oct años, será preciso pensar en casarle. Pero, ¿No os divertis co Mlle. de Or... (1). Su padre es un farolero, cuyo estilo y ma. voluntad encoleriza. Me parece que el aire y la vida de Grigna deberían volver l. salud al caballero Está rodeado de la me jor compañía que se pueda desear, sin ser interrumpido pc crueles visitas de esos fardos que le dan la gota; nada de fric un viento que toma el nombre de aire natal para no asustarl: en fin, no comprendo la tenacidad y la negrura de sus yapore teniendo en contra, tan buenas cosas ; sin embargo, es pc desdicha demasiada verdad que él está atormentado. Esta encantada de que á Paulina le agrade. Estoy segura que tar bién me agradará á mi. Hay mucha formalidad en su rostro en sus bonitos ojos ¡Y qué bonitos son! ¡parece que los esto viendo! ¿Y su humor? Yo apuesto á que ya se ha eorregidc ba bastado para esto vuestra dulzura con ella y el deseo qu
(1) Alude á Milo. de Oraison,