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388 MADAMA DE SEVIGNÉ

más cuando se conoce un poco lo que conduce á este tiempo, como Luis XII, Francisco Í y otros

Hija mía, á vos toca gobernar y rectificar ; este es vuestro deber, bien lo sabéis. Por lo demás, ya comprendía yo que en muy poco tiempo, vos la haríais muy bonita y muy amable, eon ingenio y un gran deseo de agradaros; no es preciso más,

A LA MISMA

Los Rochers, miércoles 14 de enero de 1690.

[Qué aguinaldo, Dios mío! ¡ Qué deseos ! Jamás ningunos otros fueron tan propios para encantarme. ¡Yo que conozco los tonos y que veo “! corazón de donde parten! Voy á deciros un sentimiento que encuentro en mí. Si pudiese pagar el vuestro, yo estaría muy contenta de ello, pues no tengo otra moneda : en lugar de estos temores tan amables que os dan todas estas muertes que vuelan sin cesar á vuestro alrededor y que os hacen pensar en otras, os presento el verdadero consuelo y aun la alegría que me da á menudo, la diferencia de años que tengo sobre vos. Vos sabéis que no soy insen- sible á la tristeza de estos estados; pero lo soy todavía menos al pensamiento de que los primeros van delante, y que vero- símil y naturalmente, guardaré mi puesto con mi querida hija; yo no puedo representaros la verdadera dulzura de esta confianza. ¡ Cuánto no he sufrido también en los tiempos en que vuestra mala salud me hacía temer un fatal desenlace! Aquel tiempo ha sido riguroso ¡ah! no hablemos más de él. No hablemos de esto : ahora estáis bien; gracias á Dios todas las cosas han tomado su curso natural; Dios os conserve. Yo pienso que vos entendéis mi tono también y que me conocéis. Vuelvo á hablar del caballero : no me cuesta trabajo el creer que el clima de Provenza le siente mejor durante el invierno, que el de París. Todos los que, como las golondrinas, se van á buscar vuestro sol, son buenos testigos de ello. Pero, al rego-