Página:Sevigne Cartas Escogidas.djvu/8

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1v PRÓLOGO

han perdido en escándalo, la decencia y la belleza del ingenio han ganado en sencillez, La calificación de preciosa ha pasado de moda; se recuerda sonriendo haberlo sido, pero ya no se es. No se diserta tampoco como antes largamente sobre el soneto de Job ó de Urania ó sobre el carácter del romano; pero se habla, se refieren noticias de la Corte, recuerdos del sitio de P.rís ó de la guerra de Guyenna; e] cardenal de Retz, cuenta sus viajes, Mr. de la Rochefoucauld moraliza, Mad. de la Fayelte, hace reflexiones de corazón, y Mad. de Sevigné las interrumpe para citar una palabra de su hija, una gracia de su hijo, una distracción del bueno de Hacqueville ó de Mr. de Brancas. Trabajo nos cuesta en 1829 con nuestras costumbres de ocupaciones positivas el representarnos fielmente esta vida de ocio y de conversar ón. El mundo va tan deprisa en nues- tros días, y tantas cosas son á su vez traídas sobre la escena, que no nos bastan todos nuestros instantes para mirarlas y comprenderlas. Los días para nosotros pasan en estudios, y las noches en discusiones serias; de conversaciones amistosas, de terlulias poco ó nada. La noble sociedad de nuestros días que más ha conservado estos hábitos ociosos de los dos últimos siglos, parece no haberlo podido conseguir sino á condición de quedar extraña á las costumbres y á las ideas del presente (1). En la época de que hablamos, lejos de ser un obstáculo para se guir el movimiento literario, religioso ó político, este género de vi da era el más propio para observarle. Bastaba mirar algunas ye ces con el rabillo del ojo y sin moverse de su silla, y luego se podía entregar el resto del tiempo á sus gustos y á sus amigos.


(1) Desde que ostas páginas se han escrito, he tenido á menudo ocasión de notar con mucho placer que se exageraba un poco esta ruina del ingenio de conversación en Francia : sin duda el con- junto de la sociedad no existe ya; pero hay hermosos restos, rin- cones de estación atrasada. Se es tanto más feliz en gozar de ellos, como si se gozara de una vuelta del tiempo ó de un misterio