No hace muchos días tuvo lugar la primera escaramuza del presente período legislativo.
Solo Estrada hizo su debut en el Parlamento Nacional, pues Goyena ya se ha batido en años anteriores con los leaders de la mayoría liberal de la Cámara .
Mis lectores me permitirán prescindir de echar una plumada pretensiosa sobre la contienda secular que hoy vuelve á agitar los ánimos de católicos y liberalistas.
Por otra parte, mis teorías filosóficas tienen tan complicado engarce con mis doctrinas políticas y mis apreciaciones personales, que ¡vamos! peor es meneallo.
Preferiría detenerme en el Goyena catedrático recordando la corrección de sus conferencias didácticas y la raillerie de sus observaciones, rasgos de tan universitaria fama, como la originalidad científica del Dr. Moreno, las clarísimas exposiciones del Dr. Pinto, la ilustración y la laboriosidad del Dr. Alcorta, la contundencia lógica de Estrada, la erudición de Lamarca y la clásica bonhomie de los Dres. Montes de Oca, Malaver y Obarrio.
El Dr. Goyena en la cátedra, como en el corrillo social, tiene páginas resplandecientes, en que brillan las etincelles de su fecunda causerie.