Corrientes, uno por Santa Fé y dos por Entre Ríos.
Rocha, el mas infatigable de los jefes del malogrado movimiento de resistencia contra la candidatura presidencial de Juarez.
Del Valle, que, con relación á la oratoria, es en el Senado lo que Goyena en el Parlamento: el artista de la palabra torrentosa y resplandeciente.
Baibiene, el caudillo que, habiendo sido militar, gobernante, orador, periodista y hasta diplomático, se ha convertido en un pontón de amargas decepciones amarrado á la banca senatorial.
Pizarro, el campeón exaltado en sus ideas pero fatigoso en el hablar, que encarna dentro del Senado los propósitos del partido católico, cuya vanguardia forman los Diputados Estrada y Goyena en la otra Cámara.
Febre, el senador de vistas prácticas, de temperamento enérgico, de carácter altivo, y cuya voluntad es tan tenaz como sus convicciones.
Y Baltoré, hombre de fisonomía modelada á la antigua, de entendimiento rigoroso y claro, y de frase espiritual aunque sóbria.
Este último, con un poco mas de fuerza