conducen á este corolario absurdo: Aristóbulo del Valle es tan percepción de la humanidad como cualquiera de sus negativos parlamentarios.
Todo puede, empero, ser susceptible de progreso. La metafísica, por ejemplo. Procuraré entonces dar viabilidad á las doctrinas «contra la vida» del sabio Schopenhauer.
Comenzaré.... Todo país tiene su tradición parlamentaria. Entiendo por tal concepto la serie de monumentos que inteligencias patrióticas han ido construyendo en los campos estériles del despotismo ó floridos de la libertad, que han sido hollados por un pueblo.
Admito que toda colectividad tenga cuenta corriente con cada repartición del génio humano.
Por ejemplo, la partida Elocuencia ha existido, desde la disertación de Castelli sobre la caducidad del poder español en América, hasta el discurso de Del Valle sobre los fueros de la Imprenta en nuestro país.
Podria, pues, exclamar, parodiando al filósofo:
«Ese hombre que veis de tez morocha, espresivos ojos, picado de viruela, rostro grande y simpático, nariz recta, y nazarena barba, es un