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Otro mas debil que el doctor San Roman, hubiera llegado a la opulencia y aun a los mas altos puestos públicos con solo sofocar en su pecho los sentimientos de su buen corazon.

Cortejado por los políticos de todas las épocas: buscado por reiteradas manifestaciones por los que han tenido y tienen la sartén por el mango, relacionado de un estremo al otro de la República con personalidades importantes; abogado distinguido que goza de clientela numerosa y selecta, especie de director espiritual de los que mandan como de los que obedecen en su provincia -porque sin San Roman no habria ni leyes en la Rioja- ha podido esplotar todas estas circuntancias y labrarse una posicion politica y pecuniaria que muchos envidiarian.

Pero San Roman tiene demasiada elevación moral y sobrado patriotismo para no tentar tan reprobados caminos, y asi le vemos el presente, cargado de numerosa familia, pisando los dinteles de la vejez. Sin un cómodo vivir, casi en la miseria, mientras que Juarez y Ataliva Roca, a quienes nada les deben su patria y sus libertades, son los Cresos de la República Argentina, y al paso que van llegaran a serlo de Sud-América!.