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2.° y que el verbo no esté en inmediata relación con el colectivo, sino separado de él por una pausa, mar- cada por palabras u oraciones, o, en su defecto, algún signo de puntuación; de todo lo cual pueden verse ejemplos en los siguientes pasajes: Toda la gente de la ciullad, como a campana tañida, venían a verla. (CERVANTES, Q. Il, 64.) £sta gente, aunque los lle- van, van de por fuerza. (Íp. 1, 22.) No los sacaran de su paso todo el mundo. (Lazarillo, 3.)
Esta es la gente fía, Que al Dios de Jacob buscan. (GoNzÁLEZ CARVAJAL, Salmo 32.)
No huyáis, gente cobarde, gente cautiva, aten- ded. (CERVANTES, OQ. I, 4.) Deteneos, esperad, turba alegre y regocijada. (Íp. IL, 11.)
— Véase en los siguientes ejemplos, cómo, de dos verbos que se refieren a un mismo colectivo, sólo va en plural el que se encuentra en las condiciones que acabamos de ex- poner, y no el otro:
La chusma izZó /a entena con la misma priesa y ruido que la habían amainado, y todo esto callando, como sí no tuvieran voz mi aliento. (CERVANTES, Q. II. 63.) El linaje que de aguellos des- cendió, comenzaron a hacer una torre. (Crón. Gen. p. 4.) Se agolpó el pueblo, y amotinados se dirigieron a casa del go- bernador. (SALVA, G. 105)
—Con todo, la condición expuesta no fué siempre tan de rigor como hoy día; y no es raro hallar entre los clásicos y quienes les precedieron, pasajes como los siguientes, donde el verbo se refiere en plural a un colectivo del que no lo separa pausa alguna; aunque hoy día estas construcciones no serían aceptadas.
Entendió el pueblo que eran engañados. (Alexandre, 1058) Pensaron de comer la compañía, (Apolonio, 462.)