Página:Sub Terra.pdf/104

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
102
EL PAGO

cia su chico, que con la boca abierta miraba embebecido una banda de gaviotas que volaban en fila, destacando bajo el cielo brumoso su albo plumaje, como una blanca cinta que el viento empujaba hacia el mar, le gritó, dándole un empellon

— ¡Anda, bestia!

El impulso fué tan fuerte i las piernas del pequeño era tan débiles que cayó de bruces en el lodo. Al ver a su hijo en el suelo los nervios de la madre perdieron su tension i una crisis de lágrimas sacudió su pecho. Se inclinó con presteza i levantó al muchacho, besándolo amorosamente i secando con sus labios las lágrimas que corrian por aquellas mejillas pálidas a las que la pobreza de sangre daba un tinte lívido i enfermizo.

A Pedro Maria le habia llegado el turno i aguardaba mui inquieto junto a la ventanilla. Miéntras el cajero volvia las pájinas el corazon le palpitaba con fuerza i la an-