conservaban en ella, aunque con el mayor recato, y guardia de sus personas que pedían.
El Malayo Lacasamana, con su gente y Mandarines de su parcialidad, y espaldas, que la madrastra del Rey le hacía, no perdió mas tiempo, ni la ocasion que tenía entre manos, y de un golpe por mar y por tierra, acometió á los Castellanos, Portugueses y Japones, y hallándolos divididos (aunque algunos hicieron la resistencia que pudieron) los acabó á todos, y entre ellos á Diego Belloso y á Blas Ruiz de Hernan Gonzalez, y les quemó sus alojamientos y embarcaciones[1], sino fué la de Juan de Mendoza, que temiendo el peligro, fué saliendo el río abajo, la vuelta de la mar, y se defendió de algunos paroes que iban tras él, llevando consigo á Fr. Juan Maldonado y su compañero, y algunos pocos Españoles; y en tierra, solo quedó vivo un religioso de San Francisco, con cinco Indios de Manila y un Castellano, llamado Juan Diaz (que el rey Prauncar hizo con mucho cuidado esconder en el campo, pensándole mucho la muerte de los Españoles); y aunque aconsejó al fraile, que hasta que se sosegase el Malayo, no saliese en público, (pensando este religioso se podría huir de su furia) salió con dos Indios para huir del reyno, donde fueron hallados, y muertos con los demas, quedando Juan Diaz y tres Indios (por muchos dias) en su retiramiento, haciéndoles el Rey espaldas, hasta que tras de otros sucesos, pudieron parecer; con lo cual, quedó la causa de los Españoles en Camboja acabada, y tan por el suelo, que el moro Malayo y sus parciales, quedaron
- ↑ Esta catástrofe nos hace dudar de lo que afirma Blas Ruiz, pretendiendo que la reposición en el trono de Prauncar más se debía al esfuerzo castellano que á otra cosa. Acaso el Malayo haya contribuído también por mucho, porque no eran de despreciar las fuerzas con que contaba, puesto que con ellas había destruído tan fácilmente á los Europeos, mucho más numerosos ahora y prevenidos, lo que no hubiera sucedido, si Blas Ruiz y Diego Belloso hubiesen sido unos Roldanes como se pintaban.