Página:Sucesos de las islas Filipinas por el doctor Antonio de Morga (edición de José Rizal).djvu/247

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las puertas de la ciudad, haciendo tantos daños y presas.[1]

Había algunos años que su Magestad había mandado, que por la India de Portugal se hiciese armada, para la toma de la fortaleza de Terrenate en el Maluco, que estaba en poder de un moro, que tiránicamente se había levantado y apoderado della, y echado los Portugueses que en ella estaban[2]. Hizose el aparato necesario, para esta jornada (en la India) de navíos, municiones y gente, y escogióse, por general desta jornada, un fidalgo, llamado Andrea Furtado de Mendoza, soldado práctico en las cosas de la India, que había tenido victorias de mucho nombre y fama por mar y tierra en aquellas partes: y últimamente había tenido una muy notable en Jabanapatan. Salió de Goa con seis galeones del reyno, y catorce galeotas y fustas, y otros navíos, con mil y quinientos hombres de guerra, bastimentos y municiones para el armada, y con temporales que tuvo, antes de llegar á Amboino, se derrotó la armada de manera que las galeras y fustas no pudieron tener con los galeones, ni seguirlos, y solastres galeras y fustas en conserva de los galeones llegaron á Amboino, y los demas navíos arribaron á Goa, y á otras fortalezas de aquel viaje. La isla de Amboino estaba rebelada, y la fortaleza de Portugueses que allí había, muy necesitada; de manera que le pareció á Andrea

  1. Es triste pensar cómo, á pesar de todas estas consideraciones, haya podido continuar así el estado de las cosas. Por temor á las sublevaciones y á perder el dominio sobre las islas, se desarmaba á los habitantes, dejándolos expuestos á todas las vejaciones de un enemigo poderoso y temible. Aun ahora, que gracias al vapor se ha puesto coto á la piratería exterior, se sigue el mismo funesto sistema, desarmando á los pacíficos vecinos, imposibilitándoles para defenderse contra los bandidos ó tulisanes, que el gobierno no puede reprimir. La mejor manera de fomentar el bandidaje es ofrecerle presa.
  2. Ni el sultán Babu, ni el sultán Said se habían apoderado tiránicamente de la fortaleza; la fortaleza era de Ternate y estos sultanes eran legítimos señores del país: los que la tiranizaban eran los Portugueses que cometían crueldades y traiciones sin cuento; léase Argensola (Conquista de las Molucas).