medicinal para heridas, otras palmas salvajes de los montes, que no dan cocos; pero sirven de madera, y de las cáscaras se hace el bonote, que es estopa para jarcia y cabestría, y sirve desto para calafatería de navíos. Hanse procurado plantar olivos y membrillos, y otros frutales de España, y hasta agora no han prevalecido; si no es los granados, y parras de uvas, que al segundo año dan fruto, y llevan uvas en abundancia y muy buenas, tres veces al año, y algunas higueras. Las verduras de todo género, se dan muy bien, y con mucha abundancia, pero no granan, y es menester traer siempre la semilla de Castilla, China ó Japon.
En la provincia de Cagayan hay castaños que dan fruto, y en otras partes hay pinos y otros árboles, que dan unos piñones muy grandes, y recios de cáscara y de buen sabor, que los llaman piles[1]. Hay mucho cedro, que se llama calanta, y madera fina colorada, que se llama asana, ébano, uno más fino que otro, y otras maderas preciadas, para todas obras. Las carnes, que ordinariamente se comen, son carne de puerco de que hay mucha abundancia, y es muy gustosa y sana. Vaca, de que hay en muchas partes de las islas, mucha cría y estancias[2], de casta de las de China y de la Nueva España. Las de China es ganado menudo, y muy criador, los cuernos muy pequeños y retorcidos, y algunas reses los menean. Tienen una corcoba grande sobre los hombros, y es ganado muy manso. Hay muchas gallinas como las de Castilla, y otras muy grandes, traida la casta de China, muy sabrosas, y de que se hacen hermosos capones, y algunas destas gallinas, son negras, pluma, pellejo, carne y huesos, y de buen sa-
- ↑ Pilî.
- ↑ Tanta abundancia había de ganado vacuno que el P. Gaspar de S. Agustin dice hablando de Dumangas (pág. 257): «En este convento tenemos una copiosa hacienda de ganado mayor, de tanta multitud de vacas que ha habido tiempo que han pasado de treinta mil… y también tiene esta estancia muchos y muy generosos caballos.»