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232 POLÍTICA DOMÉSTICA

Sí á vuestros hijos, oh madres, sabéis hablarles del Omnipotente, como de un padre bueno y amoroso, se habituarán á considerarle como el guía más seguro, como el protector más generoso; y en todas las circunstancias difíciles de la vida le con- sultarán en la conciencia, con el mismo interés con que se consulta á un amigo de corazón, le harán fervorosas peticiones en la aflicción, y ele- varán hacia Él acciones de gracias vivamente sen- tidas en almas llenas de reconocimiento. Si las pa- siones les arrastran alguna vez fuera del sendero de la virtud, ellos no tardarán en abrir su oído á la voz celestial que les llame al buen camino, y el temor de encontrar inflexible á Dios no les quita- rá el deseo de volver á la gracia divina. Es ver- dad que Él se ofende de la mala conducta de los seres que ha hecho á su imagen y semejanza; pero todo padre ¿no se ofende de la mala conducta de sus hijos?, y por eso ¿deja de amarles? No con- cebirán, pues, ideas espantosas de Dios, así como el hijo bien amado no se espanta de su padre, que le castiga sus faltas; y aun mirarán el rigor de la justicia divina, como nueva prueba de amor.

Otra ventaja de las gratas impresiones que de la infinita bondad del Todopoderoso habreis pro- ducido en vuestros hijos, es que ellas son las más propias para conducirles á la felicidad por el ejer-