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58 POLÍTICA DOMÉSTICA

vulgo no ve, pero que no se ocultan á los observa- dores de las pasiones.

«Cuando la madre hubiere casado a su hija»— dice el insigne Juan Luis Vives—«no quiera tener tanto en ella como antes, sino piense que la ha dado en otra casa: no tiene mas en ella que si la hubiera enviado á morar en tierra extraña.

«Ha de recordarle las cosas que le aconsejaba, siendo doncella, ó le enseñará otras, si las su- piere.

«No ande con ella en cosa que sepa que ha de disgustar á su yerno; no la lleve por las iglesias, ni de visita en visita, ni la saque de casa, y, aun si menester fuere, no hable con ella, viendo ser contra la voluntad de su yerno.

«No me diga la mujer ¿y cómo, no podré yo hablar con mi hija? Yo no digo que no sea tu hija, sino que ya no es tuya, porque todo el derecho que tenías en ella lo has dado á tu yerno.

«Por eso, si quieres ver á tu hija vivir contenta y bienaventurada, es á saber, si tienes gana de verla conforme con su marido, aconséjale que en todo le sea obediente, sujeta, agradable, y no haga cosa, ni aun hable contigo, si á su marido le ha de pesar. . . .

«Más te digo, que si alguna diferencia hubiere entre tu yerno y tu hija, si ella te viniere con que-