tener casa propia, adquiriendo sitio con rancho de paja, cada año más viejo, y otra hermosa higuera cada año más frondosa y productiva, como los durazneros que multiplicó. De todo ello dejó Pablo heredera á su fiel compañera de tantos años, legando á Clarisas y Catalinas, monjas y cofradía del Rosario, otro sitio tras la Casa de Ejercicios.
Viuda, negra tan laboriosa como su marido, llena de gratitud en los nobles sentimientos que fué criada, en vísperas de su viaje sin vuelta, testó á favor de las nietas de su ama, cuanto hubo adquirido.
Escritores de fuera, pretendiendo enseñarnos mejor cosas de adentro, historian en nuestro daño lo que mal oyeron, poniendo en duda la virtud y humanidad de nuestros abuelos y la benignidad con que trataron á sus esclavos.
En esta tierra donde nunca funcionó el Santo Oficio, la Inquisición ni sus tenazas, ni se paseó otro sambenito que el Patrono de los negros, no se tenaceó á nadie, ni se plantó en panadería alguna el poste de los azotes, ni se vió por estas calles esclavos arrastrando cadena, ni tuvo que