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agregaremos que, clarovidente se denominaría hoy, á la que, á raiz de la expulsión de los jesuitas, profetizó su regreso, que á pesar de la oposición del rey de España, de Rivadavia y de Rozas, se realizó en diversas épocas.

Recuérdase entre otras varias ésta su profecía: «De regiones lejanas vendrá una legión de rubios, poniendo todo bajo sus banderas. Pero con la ayuda de Nuestro Señor serán expulsados», cuya realización cumplió un siglo el 12 de Agosto de 1906.

En apuros se encontraba cierto honrado alcabalero, y atribulado había salido al balcón aspirando las primeras brisas, que desde el río penetraban por la tortuosa y angosta calle Independencia, cuando pasaba picaneando los dos flacos y entecos bueyecitos de su castillo sin toldo, y gritándole desde el pértigo, al verle tan compungido:

— «No se aflija hermano, que más que llave de oro que no siempre abre toda puerta, valen las influencias y súplicas de los buenos. Visite á don Fulano, Zutano y Mengano, que yo voy á rezar para que salga bien del trance que le melancoliza». Y llave de oro, envuelta en oraciones, devolvió la tranquilidad al atribulado, saliendo bien del pantano en que la maledicencia le sumergiera.