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Ricardo Palma

Gobierno bien fatal fué el del Excmo. Sr. D. Fernando de Torres y Portugal, conde de Villardompardo, séptimo virrey del Perú por S. M. Don Felipe II Sucediendo á D. Martín Enríquez, de la casa de los marqueses de Alcañices, y que antes había sido virrey de Méjico, diríase que éste le legó también su desgracia en el mando; pues sabido es que D. Martín apenas gobernó veintiún meses, si es que puede llamarse gobierno el de un hombre cuyas dolencias físicas no le permitían más que prepararse á bien morir.

En cuanto á obras públicas, parece que ambos virreyes sólo proyectaron una:

«Adoquinar la vía láctea.» El terremoto que en 1582 arruinó á Arequipa, y el que en 1585 dejó á Piura y Lima en escombros: el tercer concilio limense presidido por el santo arzobispo Toribio de Mogrovejo y que se disolvió con grave escándalo: los desastres de la flota que condujo quinientos treinta hombres para colonizar La profiel Martin Enriquez sexto virrey del Perú Magallanes y que sucumbieron todos, menos veinte, al rigor de las privaciones y del clima: los excesos en el Pacífico del pirata inglés Tomás Cavendish: una peste de viruelas que hizo millares de víctimas en el Perú: la pérdida de las sementeras, que trajo por consecuencia una carestía tal de víveres que la fanega de trigo se vendió á diez pesos; y por fin, la nueva del destrozo sufrido por la invencible escuadra, destinada contra la reina virgen Elisabeth de Inglaterra: ved en compendio la historia de D. Martin Enríquez el Gotoso y de su sucesor D. Fernando de Torres el Temblecón.

En los tres años de su gobierno no hizo el conde de Villardompardo sino amenguar el patronato, entrar en querellas ridículas con los inquisi-