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XIII
Juicios literarios

XIII He ahí, á mi juicio, el puro timbre de gloria para Ricardo Palma.

Walter Scott no ha dado más vida y movimiento al caballero de las Cruzadas, Monley al Taciturno, ni Macaulay á Jacobo II, que Palma á los virreyes del Perú. El azar no quiso que Moliére los conociera y nos privó de una obra maestra; pero el autor de las TRADICIONES PERUANAS ha salvado el vacío de una manera prodigiosa.

Si todo lo que Palma cuenta no ha sucedido, peor para la historia. En cuanto á mí, declaro que, por egoísmo, no se me ocurre poner ni por un instante en duda cuanta afirmación hace el encantador.

• Ivanhoe puede no haber existido; pero ni Thierry ni Treeman dan, en sendos capítulos, una idea tan exacta del estado social de la Inglaterra en los tiempos que sucedieron á la conquista, como ese tipo, mitad sajón, mitad normando, formado con la más pura levadura histórica. La idea de la obra maestra de Agustín Thierry le vino leyendo el Ivanhoe de Walter Scott. No es aventurado suponer que á las TRADICIONES PERUANAS esté reservado el honor de inspirar alguna historia del virreinato del Perú, que tanta falta hace, El estilo de Ricardo Palma es su propiedad exclusiva é inimitable; pero aquel que, engañado por su pureza castiza, le supusiera una filiación únicamente española, sufriría un grave error. No se alcanza esta perfección sin conocer á fondo los humoristas ingleses, especialmento Swift y Henry Bayle; sin haber vivido en íntimo comercio con Moliére, y entre los alemanes con Heine y Jean Paul. Indudablemente que sobre todos ellos está Cervantes; pero es precisamente el carácter de nuestra literatura americana la base ecléctica en que se apoya. Todo eso ha tomado su nota individual al pasar por el espíritu de Palma, dando por resultado ese estilo, lleno de chispa y malicia, que roza siempre los hombres y las costumbres sin cortar hasta el hueso; que no se desmiente jamás, manteniéndose en la atmósfera de picaresca ingonuidad que lo hace delicioso.

Entre los exquisitos halagos que esta tierra ofrece al viajero argentino, no ha sido de los menos gratos para mí la lectura de las TRADICIONES PERUANAS de Ricardo Palma en plena Lima, Quiera el poeta aceptar esta descosida charla como la expresión de mi gratitud por las buenas horas que su libro me ha hecho vivir en el pasado.

Lima, febrero 7 de 1880.

MIGUEL CANE