Página:Traducciones - Leopoldo Díaz (1897).pdf/119

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
— 113 —

Y el cuervo, sin inmutarse, — siempre se posa, siempre se posa — sobre el pálido busto de Minerva, — encima de la puerta de mi cuarto: — y sus ojos tienen el lúgubre aspecto — de los de un demonio que está cavilando, — y la luz de lámpara que triste le baña — arroja su larga sombra sobre el piso; — y mi alma, de aquella fatídica sombra, — que vaga flotante sobre el negro umbral, — que vaga flotante sobre el negro piso, — ¿se alzará algún día? ¡Oh! ¡Nunca jamás!