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Mataste, con el beso, todo hechizo;
En girones, tu manto,
Piadoso dividiste,
Y los divinos ojos convertiste
En raudales de llanto.
Si es verdad, redentor del desdichado,
Si tu mano, que es luz y es esperanza,
Curar sabe las lepras del pecado,
Arráncame del alma este cariño
Como se arranca el hierro de una lanza
Del pecho de un soldado.

...............

Pero, ¿de qué me sirves, flor celeste,
De qué me sirves, di, si no has sabido
Qué es el amor brutal?
Si sobre el labio reprimido y triste
Nunca en vida sentiste
Tibio roce de un beso acre y sensual!

(Se levanta)


Un Dios cadáver, un cadáver frío!
De qué nos sirve un Dios yerto y sombrío,
Con labios mudos y mirar sin luz?
Cómo puede amparar los desgraciados,