¡Por Dios, que es espectáculo hermoso á las miradas
De quien ni amigos tenga ni tenga allí parientes!
¡Tantas ricas banderas de colores bordadas!
¡Tantas armas al rayo del sol resplandecientes!
Como perros de presa que rechinan los dientes,
Al destrozo bramando la multitud se lanza.
¡Pocos verán el triunfo en tántos combatientes!
Toca á muchos morir, y la Matanza
Sus víctimas gozosa á numerar no alcanza.
Confundidas tres huestes ofrendas acarrean
Al común holocausto: se alza oración extraña
En tres lenguas distintas; tres pendones flamean;
Tres voces hay de triunfo: ¡Francia! ¡Inglaterra!
¡España!
El agresor, la víctima y aquel que la acompaña—
Que combate por otros y provecho no espera—
Cual si nunca á sus techos llegase ímpia guadaña,
Dispútanse tu campo, Talavera,
Por dar pasto á los buitres y riego á la pradera.
¡Oh víctimas ya inertes de una ambición insana!
¿Qué os sirve bajo el césped del campo de la liza,
La Gloria que lo ilustra? ¡Recompensa harto vana!
Míseros instrumentos que un déspota destriza
Cuando de humanos miembros el camino tapiza
Que le conduce—¿adónde?—¡á un sueño! De las manos
De aborrecido César el cetro se desliza;
Tierra suya no tienen los tiranos
Sino aquella de un día serán polvo y gusanos.
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HISTÓRICAS, MITOLÓGICAS Y GUERRERAS