A la explosión terrífica de guerra
Convulsa treme con rumor la tierra:
Veloz caballería
Con ímpetu se arroja á la batalla ;
Lejos, cual cielo en tempestad estalla
La roja artillería.
Y aun seguirán las cumbres, níveas antee,
Entre nubes y truenos asordantes
Lanzando llamaradas :
Y aun seguirá con rojo humor caliente
Mezclando el rando y túrbido torrente
Sus ondas espantadas.
Ya sale el sol. Apenas con su lampo
Hiende los nubarrones que en el campo
Pesadamente ondean:
Y encarnizado el galo, fiero el huno,
A quien dosel sulfúreo cubre en uno,
Con nuevo ardor vocean.
Arréciase la lid. ¡Ea, soldados,
Que en demanda corréis desesperados
De muerte cierta ó gloria!
¡Sús! ¡Munich! ¡ A banderas desplegadas!
¡A la carga con todas tus brigadas!
Ya es tuya la victoria.
Pocos, pocos saldrán de donde tantos
Así vinieron á encontrarse. ¡Oh, cuántos
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LA BATALLA DE HOHENLINDEN