se escribió, dándole nueva forma métrica, la Canción á las Ruinas de Itálica, de Rodrigo Caro, ó la Silva á la Zona Tórrida, de Bello, supuesto que una buena traducción no es otra cosa que una especie de refundición. Puede, por tanto, aplicarse á esta labor lo que, refiriéndose á los eximios expositores, dijo el Brocense en el pasaje que sirve de epígrafe á esta prefación.
Desgracia grande es para las ciencias morales y políticas—dice Herbert Spencer[1]—que sean á menudo discutidos sus problemas, por personas que no se han tomado el trabajo de aprender sus rudimentos. Lo propio (y ya lo notó Horacio) [2]sucede, con más generalidad y mayor desenfado, en todo lo que á la poesía se refiere, siendo frecuente que califique versos quien no acertaría á decir en qué se diferencian los buenos de los malos,
- ↑ Oportunamente citado por Mr. Tevons, en el prefacio de su interesante obra sobre la moneda.
- ↑
Qui studet optatam cursu contingere metam
Multa tulit, fecitque puer, sudavit et alsit,
Abstinuit venere et vino; qui Pythia cantat
Tibicen, didicit prius extimuitque magistrum.
Nunc satis est dixisse: " Ego mira poemata pango;
Occupet extremum scabies; mihi turpe relinqui est,
Et quod non didici, sane nescire fateri!"
De Art. Poet. 413-8.Y en otro lugar:
Navem agere ignarus navis timet: abrotonum aegro
Non andet nisi qui didicit, dare; quod medicorum est
Promitunt medici; tractant fabñlia fabri;—
Scribimus indocti doctique poemata passim!
Epist., ii, i, 114-7