muera y quede insepulto lejos de su patria, y que la raíz desu raza sea cortada como yo corto este bucle! Ten á tu padre y guárdale, hijo, y que nada te aleje, sino permanece sentado cerca de él. Y vosotros no estéis como mujeres, en lugar de obrar como hombres. Protegedles hasta que yo vuelva y haya preparado su tumba, incluso si nadie lo permitiera.
¿Cuándo llegará el término de este desarrollo de años que, sin descanso, traen sobre mí las miserias sin fin de los trabajos guerreros, ante esta ancha Troya, oprobio desgraciado de los helenos?
¡Pluguiera á los Dioses que se hubiese desvanecido en los soplos del inmenso Eter, ó que hubiese sufrido el Hades común á todos, el hombre que enseñó á los helenos el uso de las armas lamentables, vueltas las unas contra las otras!
¡Oh fatigas que han precedido á otras fatigas! En efecto,aquel hombre ha perdido á la raza de los hombres.
Él es quien me ha negado la alegría de las coronas y de las anchas copas, y del dulce sonido de las flautas y de las voluptuosidades nocturnas. ¡Ay! ¡El me ha quitado el amor!
¡Y me encuentro tendido, abandonado, mojando mis cabellos rocíos abundantes, recuerdo de la funesta Troya!
Antes el valiente Ayax era mi baluarte contra los terro—res nocturnos y los dardos crueles; pero ha sido entregadoá un Genio odioso. ¿Qué deleite tendré en adelante? ¡Pluguiera á los Dioses que estuviese yo allí donde el promontorio cubierto de bosques de Sunión domina el alto mar, para saludar á la santa Atena!
Me he apresurado, habiendo visto al jefe Agamenón, que