Página:Tragedias de Sófocles - Leconte de Lisle (Tomo II).djvu/82

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
78
Sófocles

¡Que no le vea cara á cara, aunque estoy abrumado de males, ¡ay de mí!

No hables orgullosamente. ¿Olvidas que eres víctima del infortunio?

Antistrofa III

¡Oh Zeus, primer padre de mis ascendientes! Pueda yo, habiendo muerto á ese charlatán y odioso embustero y á los dos reyes también, morir al fin yo mismo.

Si haces esa imprecación, desea también mi muerte. ¿Qué me importa vivir, muerto tú?

Estrofa IV

Tin ¡Oh oscuridad, luz mía! ¡Oh Erebo para mí muy espléndido! ¡Recibid, recibidme por habitante, recibidme! ¡porque no soy digno en adelante de ser socorrido ni por los Dioses, ni por la raza de los mortales! La poderosísima hija de Zeus me atormenta hasta la muerte. ¿Adónde huiré? ¿Dónde me detendré? Si todo me falta, amigos, la venganza, siguiendo mis huellas, me verá tendido sobre las víctimas de mi demencia, y ocurrirá seguramente que todo el ejército me matará atacándome por los dos lados.

¡Oh desventurado! ¿Es posible que un hombre tan prudente hable así, cosa que no hubiera jamás querido hacer antes?

Antistrofa IV

¡Oh estrechos y antros donde resuenan las olas del mar,