Página:Tres cuentos - G. Flaubert (1919).pdf/50

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
48
 

sonámbula, embotada, acorchada. Sólo las procesiones del Corpus la reanimaban, Iba a casa de las vecinas en busca de candelabros y esterillas para adornar el altarcito que levantaban en su calle.

En la iglesia, siempre que miraba al Espíritu Santo, la parecía ver que tenía algo del papagayo.

La semejanza se le antojó todavía más patente en una imagen de Epinal, que representa el bautismo de Nuestro Señor; con sus alas de púrpura y su cuerpo de esmeralda, es verdaderamente el retrato de Lulú.

Compró esa imagen y la colocó en lugar del conde de Artois, en tal forma, que de una sola ojeada los veía a entrambos. Así se asociaban en ru pensamiento, y el papagayo se halló santificado por esa relación con el Espíritu Santo, el cual aparecía desde entonces a sus ojos más vivo y más inteligible. Para anunciarse, el Padre Eterno no pudo escoger una paloma, puesto que estos animalitos no tienen voz, sino más bien algún antepasado de Lulú. Y Felicidad rezaba mirando a la imagen; pero de vez en cuando se volvía un poco hacia el pájaro.

Tuvo deseos de meterse en la Congregación de la Virgen, pero la señora Aubain la disuadió.

Ocurrió luego un acontecimiento importante: el matrimonio de Pablo.

Después de haber sido pasante de notaría, de asomarse al comercio, las aduanas, la exacción de tributos y de haber hecho gestiones para aguas y