cionismo, la trata de mujeres, la prostitución, la edu- cación sexual, la coeducación, la investigación de la pa- ternidad, la equiparación entre hijos legítimos e ilegí- timos, la moral sexual, la unidad de la moral, el divor- cio. Además, temas menos escabrosos, más en el tono, como problemas de educación, de arte, de profesiones, de ciencia, de higiene, de protección a la infancia, de pacifismo, de cooperación internacional, y luego el am- plio estudio de cuestiones relativas a los derechos civiles y políticos de la mujer, votándose las siguientes resoluciones como resultado de los numerosos trabajos sobre estos últimos temas mencionados:
I. El Congreso Femenino Internacional hace votos para que en los distintos países del ruundo se dicten leyes que igualen en derechos civiles y políticos al hom- bre y a la mujer.”
II. “El Congreso Femenino Internacional conside- rando que la mujer es apta para ejercer sus derechos civiles y políticos, hace votos para que se le reconozca el derecho al sufragio.”
Y finalmente:
TI. “Resuelve solicitar a los poderes públicos de cada una de las naciones concurrentes que dicte leyes en este sentido.”
Formaban parte de aquel Congreso organizado por las Universitarias Argentinas, fundada en 1904, asocia- ciones que venían bregando por la emancipación feme- nina, como el Centro “Juana Manuela Gorriti” que se llamó en su origen “Centro Feminista Socialista” y se transformó luego en Asociación Pro-Derechos de la Mu- jer; la Asociación “Unión y Labor”, la Asociación Na- cional del Profesorado, la Asociación Argentina Contra
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