de conferencias, al que se diera el nombre de mi padre, maestro fundador de aquella escuela, di una conferen- cia sobre los derechos políticos de la mujer.
Al finalizar ésta, resolvimos enviar un mensaje al Go- bernador de la Provincia, el malogrado Don Herminio Quirós, solicitando su interés por nuestras gestiones.
La respuesta llegó después de mi partida, pero me fué comunicado que era una verdadera promesa leal y entusiasta por los derechos de la mujer, la que realizaba ese mensaje. Cuántos hombres como este podríais encon- trar en esta gran república, para acompañaros!
Aquí os traigo ese mapamundi político de la mujer, corregido con las modificaciones correspondientes a la hora actual. Porque si las democracias siguen evolucio- nando hacia su integración completa, suprimiendo poco a poco esa amputación retrógrada de la mitad de los componentes de sus pueblos; una ola regresiva azota al mundo con mujidos de tempestad y zarpazos de fiera enceguecida. ,
El advenimiento de Hitler al Gobierno de Alemania, destruyó las magníficas conquistas democráticas que se- ñalaba la Constitución de Weymar para aquel gran pue- blo; el zarpazo con que sojuzgó al Austria la plegó a las leyes nazis, que han suprimido los derechos a todos los ciudadanos, y relegado a las mujeres a las tres solas ocupaciones que les sean concedidas, las famosas tres K de Guillermo 11: “Kirche, Kiiche, Kinder (iglesia, coci- na, niños).
Hitler y su pareja Mussolini han privado a las mu- jeres de todos los derechos, imponiéndoles en cambio sólo un deber: no el de maternidad creadora, sino el de moldes para hijos; porque al par que las empujan a una intensidad de parición, como el criador que quiere sacar el máximo provecho de su rebaño; las privan de todos los atributos verdaderos de la madre: la educa- ción y el cariño vigilante, arrancando de sus regazos
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