Página:Varenka Olesova (novela).pdf/140

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
136
 

cada momento más pesada, más caliginosa. En su espera ansiosa del agua refrescante, las hojas de los árboles no se movían.

—¿Nos volvemos?—propuso Hipólito Sergueievich.

—Sí, volvámonos: ¡qué bochorno! No me gusta el tiempo que precede a las cosas: a las tormentas, a las fiestas. La tormenta en sí y las fiestas en sí son interesantes;. pero el esperarlas me fastidia. Si todo pudiera ocurrir sin transiciones: acostarse en invierno, nevando; levantarse en plena primavera, cuando todo en torno está en flor, inundado de sol... Si tras el sol viniera en seguida la obscuridad, el trueno, el rayo...

—¿Quisiera usted también que el hombre cambiase de un modo tan brusco, tan inesperado?

—preguntó él con una sonrisa irónica.

—El hombre debe siempre ser interesante?

—dijo ella con tono doctoral.

— Pero qué es eso de ser interesante? exclamó él contrariado.

—Es muy difícil de definir. Creo que todo el mundo sería más interesante si fuera más... vivo.

Si riese, cantase, jugase; si fuera más valiente, más fuerte... hasta descarado, brusco, grosero...

El escuchaba, atento, las definiciones de la joven, y se preguntaba:

"Querrá hacerme comprender de este modo la línea de conducta que debo seguir con ella?" —La gente continuó Varenka—es demasiado