Página:Varenka Olesova (novela).pdf/154

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
150
 

do que somos—dijo ella con tristeza—. No puede usted disimular lo que se aburre entre nosotros.

Hipólito Sergueievich empezó a protestar, a afirmar lo contrario, y a medida que hablaba, su acento iba siendo más caluroso. Sin darse cuenta, concluyó:

—Basta que usted lo quiera para que, ni en el desierto, pueda uno aburrirse con usted...

—¿Y qué debo hacer para eso?—se apresuró ella a preguntar.

No se le ocultaba al catedrático su deseo sincero de ponerle alegre.

— Nada!—respondió, ocultando en el fondo de su corazón lo que hubiera querido contestarle.

—No, verdaderamente... Usted ha venido aquí a descansar. Su trabajo de usted es fatigosísimo y tiene usted necesidad de reponer sus fuerzas... Cuando iba usted a venir, su hermana me uijo: "Entre las dos ayudaremos a mi hermano el sabio a descansar y a divertirse"; pero, ¿ qué puedo yo hacer para eso? Le juro a usted que no lo sé... Si yo supiera que así le ponía a usted de buen humor, incluso le... daría un beso...

La sangre afluyó a su cabeza y a su corazón de un modo tan brusco que el joven sabio se tambaleó.

—Bueno... pruebe usted... deme un beso... deme un beso...—dijo con voz sorda, de pie ante ella; pero sin verla.

—Caramba! ¡Es usted terrible!—rió Varenka.