Página:Varenka Olesova (novela).pdf/74

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
70
 

—¡Señores!—les gritó Isabel Sergueievna desde dentro. No olviden ustedes que acaban de conocerse.

La doncella Macha, haciendo ruido con la vajilla, ponía la mesa y lanzaba, con disimulo, a Benkovsky miradas llenas de admiración. Hipólito Sergueievich le miraba también, y pensaba que había que trataile con mucha consideración y que convenía evitar discusiones, dado que, por lo visto, el joven se apasionaba en extremo cuando discutía. Pero Benkovsky le miraba con ojos brillantes, estremecido de emoción: no podía disimular su deseo ardiente de hablar, y se veía el trabajo que le costaba dominarlo. Hipólito Sergueievich decidió ser con él reservado y cortés.

Su hermana, ya sentada a la mesa, les dirigía, ora al uno, ora al otro, frases banales y bromas; uno le respondía con la negligencia familiar de un pariente, y otro, con la solicitud de un enamorado.

Los tres se sentían un poco cohibidos, y se vigilaban unos a otros y a sí mismos.

Macha apareció con la sopera.

A la mesa, señores!—invitó la dueña de la casa, armándose de un cucharón para servir la sopa. Quieren ustedes antes una copita de "vodka"?

¡Yo, con mil amores!—dijo Hipólito Sergueievich, Y yo no, si usted me lo permite!—declaró Benkovsky.