Página:Viaje en las rejiones septentrionales de la Patagonia.djvu/12

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res de aquella comarca; i el levantamiento de los Colcheguíes del año 1578 impidió que el gobernador de Tucuman don Gonzalo de Alven partiera al descubrimiento de los mismos con la numerosa i bien provista división que con este objeto habia reunido.

Con mayor calor, pero con igual resultado, se organizó otra espedicion en el Tucuman por su Gobernador en el año 1589, cuando algunos de los verdaderos, pero desgraciados pobladores de las ciudades fundadas en el Estrecho, hablan venido a Buenos-Aires i Santiago con relatos bien distintos.

El 2 de febrero del año 1584 habia llegado al Estrecho de Magallanes don Pedro Sarmiento i Gamboa con tres buques, los únicos de la gruesa armada despachada en España a cargo de don Diego Flores para conducir allá sus primeros pobladores, i refuerzos al ejército de Chile, que tuvieron valor i constancia para arriesgarse a la bravura de aquellos mares e internarse en el Estrecho, i fundar la ciudad del nombre de Jesus en el pintoresco valle de las Fuentes a tres cuartos de legua al O. N. O. del Cabo de Las Vírjenes con las solemnidades civiles i relijiosas usadas en aquella época; i despachando en uno de los buques los víveres i herramientas hácia la segura bahía hoi dia llamada del Hambre que habia reconocido a su vuelta para España casi en la mitad del Estrecho, pasó allí por tierra con ochenta hombres i fundó la ciudad de San-Felipe. Hé aquí las verdaderas ciudades, i las únicas que conste se hayan fundado en aquellas rejiones. ¿I estas adquirieron el esplendor, proporciones i opulencia que la fama les atribuia? No por cierto; barado uno de los buques frente a la primera ciudad, i habiéndose retirado con el otro el piloto Anton, se vió precisado Sarmiento a dejar la nueva colonia sin una sola lancha por irse al Brasil en busca de víveres, plantas, herramientas i municiones que se habian perdido o averiado casi enteramente. Perdido también este buque en aquella costa, i otro que armó i cargó el mismo Sarmiento con el favor de sus amigos, tuvo que retirarse a España, pobre, enfermo i contristado por la desgraciada suerte que aguardaba a los infelices pobladores del Estrecho. Cuando dos años siete meses después de la fundación pasó por él la armada inglesa de Tomas Cavendish, solo quedaban unas quince personas, una de las cuales Tomé Hernández se fué con ella, i saltando en tierra en el puerto de Quinteros, cerca de Valparaíso, con veinte i tres hombres de aquella tripulación, logró fugarse a Santiago, mientras que diez i ocho de los ingleses hallaban la muerte como piratas en vez de la carne fresca que bajaban a buscar. Por muchos