Inacayal, llegó un indio de visita, i fué interrumpida la entrevista. Al fin se fué i quedamos solos: Dionisio manifestó entonces a Inacayal que yo estaba inquieto por lo que habian dicho los dos indios de la víspera, que temia que hubiesen tratado de sembrar la desunion entre mi hermano Inacayal i su hermnano el ingles, i que por eso habia querido conversar con él a fin de que me abriese su corazon como el mio habia estado siempre abierto para él. Reflexionó Inacayal algunos minutos, i contestó lo siguiente, que Dionisio me tradujo palabra por palabra: "di a mi hermano el ingles que han venido ayer el cacique Puelmai i su hijo: diciendo, que los dos huincas andaban en cosas malas entre nosotros; que sus lábios no estaban de acuerdo con su corazon; que la carta que traian de Ignacito era falsa, que el ingles no conocia a Ignacio Agüero. Que todo esto lo habian sabido, (Pueimai i su hijo,) por otros caciques, cuya desconfianza habia sido exitada por la venida de los dos huincas; que Huincalrual debia desconfiar porque la venida de los dos huincas atraeria muchas desgracias sobre su cabeza. Di a mi hermano el ingles, añadió Inacayal que, cuando me contó esto mi padre, le he contestado que todo eso eran mentiras i nada mas, i que esta mañana he mandado un chasque a los caciques mis vecinos para decirles que han sido engañados, que por otra parte el ingles es mi huesped, i que miéntras duerma en los toldos del Caleufu, ninguno tocará un pelo de su cabeza. Di gracias a Inacayal por lo que habia hecho. Entónces él continuó: que solamente diga mi peñi (hermano) a qué vá a Buenos-Aires; no le pregunto eso por mí, conozco el corazon del ingles, yo sé que está bueno; pero es para tranquilizar a mi anciano padre."
Le conté entónces la misma historia de ántes, que iba a ver a un hermano para darle unos poderes que se necesitaban para conseguir un dinero de Inglaterra etc, etc., i que si habia tomado el camino de la pampa, era por ser el mas seguro i mas corto que por el mar. Dionisio le tradujo todo mi discurso aunque él entendia un poco el castellano, porque me habia interrumpido varias veces diciendo may may quimelei sí, sí, está bueno. Cuando Dionisio acabó, Inacaya le ordenó decirme que, con lo que habia pasado, no se podia pensar en ir con él al lugar del naufrajio, viaje que ciertamenie irritaria a Paillacan, pero que tenia su palabra de acompañarle hasta Patagónica, que esperando eso para divertirme, al dia siguiente iba a ordenar una gran caza de avestruces i huanacos, que en esta caza iriamos al Este i podria yo conocer otras partes de la pampa; lo cual me probaria que no tenia ninguna desconfianza de mí. Le dí otra vez las gracias, i nos separamos buenos amigos.