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a medida que se desciende al punto ya indicado: esta distancia es entre Buenos-Aires i Valparaiso de 220 leguas en línea recta i de 150 entre la boca del rio Negro i Puerto Montt; pero entre el golfo de San Matias i la ensenada de Comao a que corresponde de este lado aquel punto, ésta distancia es de 115 leguas, hecho que prueba lo que ántes habíamos sentado; i si seguimos todavia mas adelante se nota que el continente se estrecha talvez de un modo ménos sensible pues once grados mas al sur la línea que separa los dos puntos correspondientes de cabo Virjenes i cabo Pilar es solo de 75 leguas. Esto solo basta a persuadimos de la poca o ninguna utilidad que habria en afanarse por buscar una via terrestre situada mas al sur del golfo de San Matias, puesto que se perderia con el desvío de la linea recta lo que tratara de ganarse reduciendo su lonjitud; ganancia que estaria mas que compensada con el ascenso necesario para tomar la altura requerida, desde que, es bien conocido que en los estremos australes de la América no existe ciudad alguna de importancia i cuyo comercio sea de consideracion. Por otra parte, la via del rio Negro, lleva a la de Buenos Aires la gran ventaja de ser una tercera parte menor; lo que ahorraria el flete terrestre que nunca puede compararse con el marítimo.

Si seguimos la estensa cadena de jigantescas montañas que recorre el continente americano en su mayor parte, vemos: que si se exceptúa la depresion que forma en el istmo de Panamá, todo el resto lo constituyen séries de elevados picos i que solo precisamente en la parte por donde se estiende la ruta de que vamos hablando, esta elevacion excesiva se abate hasta llegar a manifestarse en el cerro Tronador (Seno del Reloncaví) a una tercera parte del pico de Aconcagua, el punto mas culminante de los Andes. La cadena que se estiende desde este punto hácia el sur no se eleva a mas altura que la del cerro mencionado, pues se han podido medir algunos de sus picos; pero, su altura tampoco disminuye de un modo estraordinario, permaneciendo sin variacion notable hasta su conclusion en estrecho de Magallanes.

No puede negarse que serán preferibles aquellos boquetes que a su pequeña elevacion i fácil ascenso reunan la circunstancia de apartarse poco hácia el sud de los puntos citados, de consiguiente, en ninguna parte de la cordillera encontraremos un lugar mas apropósito, a este respecto, para establecer una via de comunicacion que en las inmediaciones del Tronador o por alguno de los varios boquetes situados entre los grados 40° i 42° de lat. sud. Recorreremos esos