yan, habitada por los madereros que esplotan el alerce de este lugar. Allí se encuentra una máquina de aserrar a vapor, perteneciente a los señores Dartuell i compañia de Puerto-Montt. El alerce [1] es una madera de gran utilidad, por la facilidad con que se puede rasgar en tablas; casi todos los habitantes del Arrayan solo tienen esta ocupacion, i en los veranos, cuando la jente de Calbuco i de Chiloé viene a trabajar en el bosque, los comerciantes de Puerto-Montt instalan en este lugar pequeñas tiendas, para satisfacer las necesidades de los trabajadores. Nos alojamos en una especie de fonda alemana; a falta de carne, nos contentamos con unos huevos; pasamos una parte de la noche, haciendo música, porque traiamos una vihuela i un flageolet, instrumento campestre i modesto, que mas tarde, en la carpa, nos hizo pasar lijeras las largas horas de lluvia. Toda la aldea resonaba con harmonías; los tableros olvidaban, en las vueltas de la popular samacueca i al son de la vihuela, las fatigas de la semana que debian principiar en la mañana siguiente.
8 de diciembre— Partimos para el lago. El tiempo era magnífico; la parte del camino que nos quedaba, era la mas mala; apénas estaba trazado cuando nosotros pasamos; troncos de árboles impedian el pasaje a cada momento; pero todo lo olvidamos para no pensar mas que en la hermosura del tiempo. La naturaleza entera estaba de fiesta; dulces harmonías lanzadas al aire por preciosos pajarillos, músicos alados de colores variados, encantaban al pasajero, el aire estaba embalsamado con mil olores diversos: a un lado i otro del camino, veiamos verdes campos de centeno i de trigo, terrenos que el colono aleman disputa palmo a palmo i con el sudor de su frente a las invasiones de la vejetacion. Teníamos a la vista un espectáculo magnifico; como adorno de los campos cultivados, hermosos grupos de toda especie de árboles ostentaban sus pobladas ramas; el canelo [2], cuya corteza aromática, empleada en la medicina i la curtiembre, es inatacable por la humedad; el olmo [3] o muermo, dotado de una parte incorruptible que se llama pellin de muermo; el lingue [4], cuya corteza i madera tienen igual valor entre los curtidores i los ebanistas, es una madera mui durable, tiene la fibra del cedro i es susceptible de un bello pulido: segun los ensayos de los colonos alemanes de Puerto-Montt, puede rivalizar con la caoba, tanto por la belleza de sus fibras como por la transparencia que adquiere la cor-