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las funciones de su pindoso ministerio, ofrecieron a Guillelmo en casa del cacique por via de agasajo un poco de chicha que tomó sin recelo.

El cacique Manqueunai, que so nombra aquí por la primera vez en la historia de la mision, es sin duda el mismo a quien se refiere la "Relacion de Buenos Aires" calificándole como gran amigo de los españoles (Moraleda). Efectivamente, su conducta debió haber sido intachable hasta entónces, puesto que el padre no demostró desconfianza alguna al pisar su casa.

Guillelmo habia vuelto apenas a su casa, cuando se sintió repentinamente atacado por una colerina sumamente violenta, que se agravó de hora en hora i concluyó en el curso de solo tres dias con su preciosa existencia. Omitimos el doloroso cuadro de sus sufrimientos i de su lecho de muerte. El moribundo encarecia a sus asistentes que no desampararan la mision; dispuso que sus restos fueran sepultados en la capilla de la mision que él habia edificado. No manifestó sospecha alguna sobre la causa de su enfermedad. Sus cuatro aflijidos domésticos se dividieron: dos quedaron atendiendo la mision i los otros dos fueron a dar parte del infausto suceso, dirijiéndose el uno a Chiloé i el otro a la mision de Poguel, una de las mas inmediatas, que era rejentada por el P. Juan De Ravanal (Machoni). La mision de Poguel, Rongel (Enrich) o Doguell (Carvallo), estaba situada en la falda Oeste de la Cordillera cerca de Villarrica [1]. El padre Ravanal, quien desempeñó mas tarde los cargos importantes de rector del colejio de Bucalemu i procurador a Roma [2], comunicó estos detalles sobre la enfermedad de Guillelmo a Machoni, a quien los debemos nosotros.

Tal fué la muerte de nuestro héroe, acaecida el 19 de mayo de 1716 a los cuarenta i tres años de su edad. Fué tan repentina, que las cartas, que habia despachado por el correo, llegaron a su destino juntas con la noticia de su fallecimiento.

Machoni refiere que hallándose Guillelmo una vez en la capilla, una voz interior le dijo: aquí te han de enterrar. Este voto se cumplió, dándosele sepultura en dicho recinto sagrado. Menendez nos ha dado una descripcion bastante exacta de las señas de la capilla i vivienda de la mision, de modo que será fácil orientarse en lo futuro sobre la tumba en que descansan los restos de nuestro héroe.

Guillelmo era robusto i prometia largos años de vida al frente de su querida mision; solia comer la carne de caballo i tomar la chicha sin que

    mision, situada precisamente a la salida de este camino al lago: continuó su camino, orillando el lago a poca distancia para al rio Limai: en esta parte del camino i con corta diferencia a la distancia indicada se hallaba la tolderia de Manqueunai, mas o ménos en el lugar en que Menendez encontró establecida mas tarde la de su sucesor del mismo nombre: el correo debia pasar, pues mui cerca de esta vivienda i asi fué lo mas natural, que Guillelmo quien tenia que ir a ella, se le juntara acompañándole hasta allí mismo (véase nuestro Plano).

  1. Olivarez, p. 490. Enrich, t II, p. 83.
  2. Carta del H.° Michael Herre número 483. Stöcklein. "Neue Welbtbott," Augsburg, 1732, t III.