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quienes estaban bien informados sobre el rio Encarnacion i la antigua mision de Nahuelhuapi. Encontraremos a orilla del rio Limai una india de apellido Maria i a su marido, que dieron informes sobre la mision a Menendez; pudiera que hayan sido idénticos.

Vemos que los datos de Villarino sobre el campo de nuestros estudios especiales, la rejion de Nahuelhuapi, son defectuosos, quedando atras de los de su antecesor Falkner. Con toda la concordancia del paraje Tucamelel con el señalado ántce por ese autor no deja de ser importante. Completa este dato la relacion que hizo a Cox [1] la mujer del cacique Huincahual, la cual era descendiente de los antiguos limaiches, asegurando que éstos habian vivido cerca de la antigua mision en un lugar llamado Tucumalal. Por fin este mismo nombre es confirmado por D. Francisco P. Moreno: habiendo llegado al lago Nahuelhuapi en 1876, fué informado por los indios que se llama "Tequelmalal" (nombre de un paradero vecino) i "Strectialavquen" [2]. El primero de estos nombres no corresponde en rigor al lago mismo, pero vemos que la tradicion del paradero situado en sus inmediaciones se ha conservado desde el tiempo de Falkner. El otro nombre indicado por Moreno, el cual es de sonido algo estraño (quinta por ser tehuelche en la primera mitad), merece atencion, porque es el único que se haya conocido, i solo recientemente, al lado de su nombre usado esclusivamente desde tiempo inmemorial.

Otro dato que debemos a Villarino i que no es mencionado en los anales de fuente chilena, es la tentativa malograda de bajar embarcado por el rio Limai i que debió haberse emprendido desde Nahuelhuapi por viajeros venidos de Chiloé o Valdivia. Es mui significativo que sus embarcaciones hayan naufragado, porque los esploradores que los siguieron en nuestro tiempo corrieron la misma suerte. Los autores arjentinos (Martin de Moussy, Santiago I. Albarracin i E. Zeballos) atribuyen esta empresa al padre Guell, el mismo misionero jesuita de cuyos viajes nos hemos ocupado en el capítulo anterior. Aunque esta conjetura parezca mui verosímil, creemos, sin embargo, que no es exacta, fundándonos en los datos de Menendez. Tendremos ocasion mas adelante de debatir esta cuestion.

Los indios de Huechunhuechuen habian tenido poco antes ocasion de comerciar cerca del rio Limai con indios tehuelches venidos del puerto San Julian, en el cual el ilustre don Antonio de Viedma, hermano del superintendente de El Cármen, habia fundado hace poco un establecimiento. "Estos indios venian mui ricos con las alhajas que les habian regalado los cristianos de aquella colonia". Este encuentro nos da una idea de las largas distancias que recorren los habitantes de los desiertos de la Patagonia, desde que se han hecho dueños de caballos, i de las rutas principales i fijas que siguen año por año estas tribus errantes.


  1. Viaje, p. 94.
  2. Viaje a la Patagonia Austral, 1873, p. 14.