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documento i el diario de Mancilla aparezcan algun dia para completar la historia de los lejendarios viajes por el itsmo de Ofqui [1].

Los indios traidos por Menendez fueron colocados en la isla de Lemui, una de los islas mas fértiles del Archipiélago, situada cerca de Castro i asiento de un misionero, dejándolos en las condiciones mas favorables posibles para su conversion i aclimatacion. Sin embargo, los vivos deseos de Menendez que estas almas fueran buenas cristianas, lo mismo que su esperanza de hacer otro viaje al mar de Guayaneco, se frustraron por un suceso inesperado.

No habia pasado todavia un año, cuando aquellos indios "mal hallados con los preceptos de nuestra relijion, costumbres i tratos, se huyeron todos de Lemui en una noche oscura, tomando la piragua que encontraron mas proporcionada a su intento (Moraleda)" [2]. No deja de ser significativo este hecho que es un ejemplo práctico de las dificultades señaladas arriba con que tropieza la civilizacion del hombre salvaje. El cacique formal de quien habla. Menendez, habrá sido tal vez el primero en capitanearlos en esta empresa. No podemos ménos de tributar nuestra, admiracion a estos valientes que prefirieron su suelo patrio, su libertad i su pobreza a las comodidades de la vida civilizada; aun la relijion fué impotente para estinguir en ellos estos sentimientos profundamente arraigados en el corazon del hombre.

Se creo que estos prófugos robaron en su tránsito para el Sur los animales del potrero que un indio de Chiloé tenia cerca del Aisen. Ademas como por aquel tiempo se habia visto en esos latitudes una vela latina, que los crédulos atribuyeron a una embarcacion de los Césaros por no usarse en Chiloé, Moraleda conjeturó que esta vela haya sido de los indios fugados de Menendez.

Este suceso habia de demostrar por último a las autoridades los inconvenientes de la traslacion de las tribus salvajes a Chiloé, por lo que acordarian suspender las espediciones para traerlas. Fué sin duda por esta razon que el propósito de Menendez de hacer otra espedicion a los mares australes quedara sin verificarse.

Menendez despues de volver de la segunda espedicion a Guayaneco, se contrajo al desempeño de la mision circular, tratando ademas de adquirir noticias sobre los Césares i las rejiones mas inmediatas de la Cordillera. Trabó amistad con Miguel Barrientos sus hijos residentes en Quiquel, segun él mismo lo refiere, i emprendió con ellos a consecuencia


  1. A los dos viajes que preceden habria correspondido, no el somero estracto acabamos de dar, sino su publicacion íntegra i un comentario análogo al que hemos agregado a los viajes a la Cordillera i tal como nos proponemos hacerlo, en la parte que sigue de este libro, con los de Nahuelhuapi. Nos abstenemos sin embargo de esta tarea, por considerar que estos viajes pertenecen a una rejion independiente de nuestro campo, a la de Los Chonos, la cual por la abundancia de su material y el alto interes científico que inspira merece indudablemente una obra especial. Deseamos que otra pluma mas autorizada se curso de ella.
  2. l. c. p. 332 i 435.