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Dia 14 del mismo

Muí temprano llegó Cayeco a despedirse, se le agradeció su trabajo, y me dijo, que andaría todo el mundo con nosotros: que él y sus hijos se pasaban luego a esta parte del desague: que su hermano Millahuan tambien se venia, para que viviésemos juntos, que sembrarian, etc., que temia que Mancuuvunay con los Huilliches, que son mui ladrones, le harian guerra para robarle sus ganados. A la tarde llegó el manco hijo de Cayeco y dijo, que los Indios havian pensado, que nosotros haviamos ido a Maloquear; pero que ya estaban ciertos, de que a ninguno haviamos echo daño. Mandé las gracias a Mancuuvunay, y que el dia siguiente me iría a despedir de el a la otra parte de la Laguna [1].


    Vimos arriba que los indios tenian buena sal en abundancia, por lo que los cuidadores del cuartel se acordaron de pedirle al cacique. A uno de estos cuidadores, a Lorenzo Mella, le conocemos desde la segunda espedicion a la Cordillera, habiendo sido uno de los valientes taladores de la partida volante que se adelantó a recorrer las pompas del Este.

  1. "El manco hijo de Cayeco", apellidado en otras ocasiones simplemente "el manco", el compadre i caro amigo del capitan Nicolas Lopez, estaba sirviendo a Mancuuvunay, lo mismo que otro hermano suyo [n 1].

    No conocemos los motivos de que éstos jóvenes, en lugar de servir a en padre, vivieran asociados a este cacique. Seria quizas en calidad de rehenes para afianzar la dependencia de Cayeco, como cacique subalterno, de Mancuuvunay como cacique principal i hereditario de la comarca.

    Es digno de notar que la tradicion i el temor de las terribles malocas para hacer esclavos se habian mantenido vivos entre los indios, apesar de que habia trascurrido un siglo o mas desde que se habia hecho la última entrada desde Chiloé con intenciones hostiles. Esta aprehension esplica la desconfianza primitiva de los indios i su satisfaccion al convencerse ahora, que las miras de Menendez eran puramente pacíficas. Supo evitar conflictos que en el contacto con los indios tan veleidosos podrian haberse producido facilmente; no oimos la menor queja contra su jente que se portó intachablemente. Su conducta digna i circunspecta le ganó el respeto i la afeccion de los indios. Veremos luego que por esta razon aun el capitan tan serio del Sur se mostró cambiado, dando protestas de aprobacion i amistad.


  1. Véase el dia 28 de febrero de este viaje.