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nuestras consideraciones emitidas en el "Prefacio" de la primera parte, como tambien con relacion a las consecuencias que traerá el fallo del Arbitro en uno a otro sentido.

El señor Vicente G. Quesada, un escritor distinguido i el que despues de la iniciativa del eminente estadista D. Dalmacio Velez Sarsfield ha contribuido mas a vindicar a la Arjentina la posesion de la Patagonia funda los derechos de su pais a las costas del Atlántico por medio de la interrogacion: ¿Cómo se puede ahora, rebuscando los títulos del tiempo de la conquista, pretender que los gobiernos de Chile tenian jurisdiccion i dominio hasta las costas del Atlántico, que nunca jamas poblaron ni intentaron esplorar? [1]

Siendo los títulos oficiales de Chile a esa parte de la rejion austral tal vez no ménos fundados que los de la Arjentina (véanse las defensas de Miguel L. Amunátegui i Adolfo Ibañez), la consideracion alegada por Quesada con descansar sobre el hecho efectivo de que Chile no la esploró, ha merecido aceptacion i la Arjentina ha entrado en consecuencia por el Tratado en posesion no solo de aquellas costas sino de casi toda la Patagonia, corriéndose el límite a la Cordillera, es decir hasta un paso del Pacífico.

Hoi dia que el señor Perito de la República Arjentina sostiene aun ante la Comision de Árbitros una línea que priva a Chile de casi todo el ancho de la pendiente occidental de la Cordillera, dejándole solamente una lonja lineal,—podriamos preguntar tambien con el señor Quesada: ¿Cómo i a que titulo se puede ahora, interpretando el Tratado, pretender que este conceda a la Arjentina jurisdiccion i dominio hasta las costas del Pacífico, que nunca jamas pobló ni intentó esplorar? Es este el mismo órden de ideas que hemos desarrollado en el "Prefacio", señalando la importancia de los viajes de Menendez a la Cordillera, cuyo alcance fué mui superior al de los viajeros arjentinos de su tiempo que apénas alcanzaron al pié de la Cordillera i mucho ménos las líneas que marcan la frontera segun la version de uno i otro pais, miéntras que Menendez llegó hasta las pampas i mucho mas allá de las dos líneas de la frontera.

No hai duda que el principio establecido por el distinguido escritor arjentino debe rejir tambien cuando halle su aplicacion a favor de Chile.

Ahora que ofrecemos al público de ambos paises la antigua historia de Nahuelhuapi i los viajes de Menendez a este lago, obra en que se rejistran, fuera de los trabajos de este último, los de Francisco de Villagran, Diego Flores de Leon, Diego de Rosales, Nicolas Mascardi, Felipe Laguna i Juan José Guillelmo i se bosquejan tambien a lo lijero los de Jeronimo Luis de Cabrera, Hernando Arias de


  1. V. G. Quesada, l. c. p. 228.