Página:Vida y escritos del Dr. José Rizal, por Wenceslao Retana.pdf/319

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
299
VIDA Y ESCRITOS DEL DR. RIZAL

madera y piso de tabla. Éste tenía siete metros de frente y quince de fondo. Ensayó varios cultivos, y acabó por prevalecer el coco, de los que en 1886 tenía cosa de treinta ponos, amén de otros diez de caña-espina y algunos árboles frutales. Las otras fincas, adquiridas casi inmediatamente y también casi de balde, fueron: un terreno en el sitio de Daanlogsod, del pueblo de Lubungan (próximo á Dapitan), cuyos lindes eran: al N., con el terreno de D. Santos Daimiel; al S., con los de D. Moisés Adveruelos y Arroyo, llamado Mangulong; al E., con el río del antiguo pueblo de Lubungan, y al O., con los montes del Estado. Extensión, poco más de treinta y cuatro hectáreas. En 1896, Rizal había sembrado en esta su finca hasta dos mil ponos de abacá. Y un segundo terreno, de unas cincuenta y ocho áreas, en el mismo sitio, en el que llegó á sembrar hasta mil ponos, también de abacá. Estas parcelas las adquirió Rizal en compra que hizo á D. Sixto Carrión, vecino de Dapitan, en la cantidad de ciento diez pesos fuertes. En junto medían más de treinta y cinco hectáreas, y llegaron á contener, en 1896, un sembrado de tres mil ponos de abacá[1]. Tales fueron sus propiedades, modestas ciertamente, pero que, no sólo le daban para vivir con holgura, sino que, andando el tiempo, le hubieran dejado buenos rendimientos. Supo transformar, con su inteligencia y su voluntad, terrenos improductivos en terrenos provechosos.

Dejémosle dirigiendo la roturación de sus parcelas; forjarse, acaso, la ilusión de llegar á fundar en aquel apartado rincón la colonia con que soñara un día en el Norte de Borneo. Mientras tanto, una rápida ojeada á la política colonial, juzgámosla indispensable.


III


A últimos de 1892 cayeron los conservadores; vinieron otra vez los liberales y ocupó Maura la cartera de Ultramar. Era Ministro por primera vez; traía juventud, arrestos y pensamiento propio. No tardó en ver cuán difícil era la situación de Despujol en Filipinas: los frailes, á pesar de la deportación de Rizal, le aborrecían, mayormente después de la campanada que de orden de S. E. se había dado, registrándoles á los agustinos su imprenta y alguno de sus conventos[2]; los españoles, en general, tampoco le querían, porque con


  1. Datos tomados del expediente de embargos que corre unido con la causa que se formó á Rizal en 1896. — Ambas piezas radican en el
  2. A propósito de este asunto, escribía el ilustre Pi y Margall en su periódico Nuevo Régimen (número del 3 de Diciembre de 1892):