Página:Vida y escritos del Dr. José Rizal, por Wenceslao Retana.pdf/339

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
319
VIDA Y ESCRITOS DEL DR. RIZAL

funcionario de la Administración en Manila, se dirigió á Rizal, por conducto del Comandante político-militar, solicitando reimprimir las principales notas que aquél había puesto á los Sucesos de Morga, para refutarlas. Véase en qué términos contestó el deportado:

«Sr. D. José Martos O'Neale.

»Muy señor mío: Por conducto del señor Comandante P. M. del Distrito, he recibido su atenta del 27 de Octubre, en la que me pide mi autorización por escrito para reimprimir los «Sucesos de las Islas Filipinas», con el propósito de refutar algunas de mis anotaciones.

»Agradeciendo tan delicado proceder de parte de un adversario, tengo el honor de manifestarle que me considero muy honrado por la atención que me dedica, y, aunque creo comprender que usted sólo se propone refutar algunas de mis anotaciones, no hallo sin embargo inconveniente ninguno en que usted la reimprima entera, primero para que la obra se comprenda mejor, y después, porque en la libre esfera de las letras la más amplia facultad se debe conceder á los adversarios leales.

»Esperando ansioso la refutación y sintiendo no poderla honrar por el momento con una justa defensa de mis opiniones, me ofrezco de V. muy atento y afmo. s. s. —q. s. m. b., —José Rizal.

»Dapitan, 22 de Noviembre de 1893»[1].

El Sr. Martos no llegó á publicar su trabajo.

En ese mismo mes de Noviembre ocurrió un hecho tan extraño como interesante; verdaderamente novelesco. Dejemos que, en parte, lo describa el Sr. Sitges[2]:

«El día 4 [de Noviembre de 1893], me llamó la atención un individuo que calándose mucho el sombrero y al parecer procurando esquivar ser visto, atravesaba, al oscurecer, los barracones de palay, en dirección á la playa y los terrenos de Rizal. La forma en que pasaba, por terrenos casi intransitables, la hora y la dirección, me hicieron sospechar algo, que en aquel momento no pude precisar, pero que al fin parecía extraordinario. Y en esta confianza salí á su encuentro, por dirección opuesta; pero, sea que antes que yo atravesase el río que separa los terrenos de Rizal, ó fuese que retrocediese antes ó tomase otra dirección, no pude encontrarle y me retiré á la Comandancia, pensando en el hecho que me había llamado la atención.

»No habían transcurrido dos horas, cuando Rizal se me presentó diciéndome (estas son sus palabras): «Siento tener que delatar, pero á ello me obliga: mis ideas de siempre, que nunca fueron separatistas,


  1. Poseo el original, que debo á la amabilidad del Sr. Martos.
  2. Carta oficiosa del comandante político-militar D. Juan Sitges al general D. Ramón Blanco; fechada en Dapitan, 10 Noviembre 1893.