Página:Voz del desierto (1907).djvu/124

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
— 120 —

enfado, se ponía á reir y reir y reir con una sonrisa de cristal muy fino.

¡Era muy melindrosa! Cuando el sol la estaba viendo, se cubría de unos brazaletes y collares falsos que trajo del Oriente, temblaba y lloraba como si se la fuesen á comer.

Naturalmente, el viejo crédulo se acercaba á consolarla; y ella, como las niñas cuando les hacen cosquillas, se ponía á reir, y reir con una sonrisa de cristal muy fino.

Todo el día se lo pasaba en locuras de esa clase.

A mí ya no me hacía caso: enlutada de liquenes y musgos yo miraba á los amantes felices desde lejos, y cada hora tenía que aumentar el cauce de mis lágrimas para no ahogarme en ellas...

Todo era por el oro! La aventurera fuésiempre muy avariciosa. Llegó por aquí con muchos cofres de similores y batistas, de flores y de encajes, pero todo era falso: todo se volvía trizas al tocarlo.

¡Me odiaba por mi oro! por mis arcas de aurea silicata, donde yo refundía paciente-