Página:Voz del desierto (1907).djvu/182

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página no ha sido corregida
— 178 —

do su ritmo musical entre los acolchonados de césped.

Para antecámara nupcial debió ser puesta allí esa gruta misteriosa, que pocos saltos da de allí la Cascadita por el prado, sin que caiga sobre sus senos dulces el beso vigorativo del ardor volcánico.

La posesión es fervida: toda la hoya de Copahue está erizada de bocas jadeantes y sedientas de frescura. Los labios de piedra ígnea, con ronquido de metal atormentado, imploran á los ventisqueros un sorbo de agua. Las fumarolas se empinan sobre la superficie, llamando con sus delantales de humo á las nubes fugitivas.

La tierra retiembla estremecida por el ritmo resonante de las calderas subterráneas, como si á toda máquina pasaran por allá abajo—en son de zafarrancho—los acorazados del infierno.

Por instantes alguna jeta de guijarros exhala un resoplido cavernoso, y tras el deja escapar, como vampiro huyendo de un infierno, una lugubre mariposa de ceniza, que contamina el ambiente con sulfuros trágiCOS.