Página:Voz del desierto (1907).djvu/22

De Wikisource, la biblioteca libre.
Esta página ha sido corregida
— 18 —

semos llegado, bastaría la compasión filial por esas sierras, cuyas ubres erectas quizá se abren á veces en llagas de supuración volcánica, cuando ya desesperan de que los hombres les expriman de sus carnes de oro los manantiales de la vida.



El sol parecía arder á muy poca distancia de la tierra. Oíase el ruido de su combustión metálica.

Los guijarros esgrimían llamaradas de reflejos, sugiriendo amenazas de bombas explosivas.

La arena incinerada hervía.

Las hojas pugnaban por agacharse á buscar sombra unas tras otras.

Los pájaros volaban presurosos de ramaje en ramaje, como si temiesen quemarse las alas en el aire.

Las nubes rebruñidas eran bloques de acero á punto de derretirse en chorros perforantes.

Mi caballo retinto parecía un gran carbón humeando.