Ramos de violetas 04

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Ramos de violetas (1903) de Amalia Domingo Soler
Un rayo de luz
Nota: Se respeta la ortografía original de la época


Un rayo de luz

¿Qué nueva luz mi pensamiento hiere?
¿Qué nuevo aliento mi existencia anima?
¿Qué mágica esperanza me sonríe
que embellece las horas de mi vida?
¿Es quizás el amor plácido en sueño
que con un mundo de placer me brinda?
¿O la amistad me ofrece su consuelo?
¡Emanación de Dios pura y bendita!
¿Me prodigó la suerte sus favores?
¿Me dió tesoros de sin par valía?
¿O la voluble fama en su entusiasmo
dejó laureles en mi sién marchita?
No es del amor el delirante anhelo,
no es la amistad con su afección tranquila,
no es la riqueza con su pompa vana,
no es de la gloria la ilusión de un día.
Es otra luz que iluminó mi mente.
Ya mi razón no duda, no vacila.
Ya comprendo de Dios la omnipotencia,
y admiro su poder y su justicia.
Del porvenir el insondable arcano
y el misterio infinito se descifra,

en el momento que conoce el hombre
el contínuo progreso de la vida.
Los mundos á los mundos se suceden.
Generaciones mil se precipitan,
que pasan cual fulgente meteoro
derramando á su paso la semilla
de un adelanto lento, pero eterno,
que á la virtud sublime inmortaliza.
¡Qué grande es del Señor la omnipotencia!
Todo en la tierra á su poder germina.
La destrucción no existe, no hay la nada,
el no ser lo forjó la fantasía...
Pluralidad de mundos y existencias,
forman universales armonías,
que para muchos hijos de la tierra
fueron, son y serán desconocidas.
¡Fatal dominación de la materia
que á tantos desaciertos precipitas!...
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¡Incansables obreros del progreso!
Arrostrad con valor vuestra fatiga;
sacad del celemín vuestra linterna
y que brille la luz de eterna vida.
Que comprendan los míseros mortales
que hay quien mira su llanto y su sonrisa;
que Dios nos dá un amor inextinguible
y su misericordia es infinita.

1873.