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Reflexiones o sentencias: 47

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§ 461. Bien puede uno ser mas sagaz que otro; pero no mas que todos.


§ 462. Menos desgraciados somos á veces en ser engañados de lo que amamos, que en ser desengañados.


§ 463. Consérvase largo tiempo el primer amante, cuando no se toma otro segundo.


§ 464. No tenemos ánimo para decir en general que carecemos de defectos, y que nuestros enemigos no tienen buenas prendas; pero en particular no estamos muy distantes de creerlo.


§ 465. De todos nuestros defectos, el que con menos pena confesamos es la pereza; persuadidos á que participa de todas las virtudes apacibles, y á que sin destruir enteramente las demas solo suspende sus funciones.


§ 466. Hay una elevacion que no depende de la fortuna: es un cierto aire que nos distingue, y parece nos destina á grandes cosas: es un precio que imperceptiblemente nos damos á nosotros mismos. Por esta calidad nos usurpamos la deferencia de los demas hombres; y es lo que mas de ordinario nos hace sus superiores, que el nacimiento, las dignidades, y aun el mérito mismo.


§ 467. Hay mérito sin elevacion; pero no hay elevacion sin algun mérito.


§ 468. Es la elevacion respecto del mérito, lo que el adorno respecto de la hermosura.


§ 469. Lo que menos hay en los galanteos es amor.


§ 470. Se sirve á veces la fortuna de nuestros defectos para elevarnos: y hay personas incómodas, cuyo mérito estaria mal recompensado, si no nos causara su ausencia algun disgusto.