Viaje al interior de Tierra del Fuego/Capítulo II
CAPÍTULO II
La Cordillera de los Andes, en su recorrido longitudinal del continente americano, se prolonga en una dirección constante, formando varios nudos cuyas cadenas se abren y extienden unas veces al Oriente, y otras al Occidente, disminuyendo gradualmente de altura, y subdividiéndose á su vez, abarcan dilatados territorios.
Los macizos del Norte de la Argentina, Bolivia y Colombia, aunque constituidos en su mayor parte por rocas de otros períodos, tienen en su estructura muchas semejanzas con el nudo del archipiélago fueguino.
Difícil es descifrar la historia de aquellas montañas. Grandes conmociones alzaron sus cumbres sobre la superficie del Océano y no me nores cataclismos las volvieron á sepultar bajo las olas.
De dónde vienen? Cuáles son sus cabeceras?
La expedición del Bélgica al Polo Sud, pudo ligar la geología de nuestro lejano Sud con la parte polar correspondiente al continente Americano en la región por ella recorrida, de manera que en las primeras edades, muy probablemente, América se prolongaba hasta aquellas extensiones hoy heladas, sosteniendo una cadena contínua de cumbres, cubiertas actualmente por las corrientes antárcticas.
A ese sistema orográfico debieron pertenecer las actuales islas Shetland, como pertenecen y se corresponden con las cadenas de Tierra del Fuego las montañas de la Isla de los Estados, indudablemente unidas á la anterior hasta la formación del Estrecho de Le Maireles.
Mas no tan sólo en esa dirección se extienden las cadenas austraEste nudo se prolongaba al naciente en mayor extensión de la visible y á ello hace referencia Julio Popper, al explicar la existencia del oro en las costas de Tierra del Fuego y Cabo de las Vírjenes. (1) A todo lo largo del litoral atlántico de Tierra del Fuego, hay extensos bancos sub—marinos, á veces de muchas millas de ancho, restos de montañas que desaparecieron en pasados períodos geológicos; son enormes depósitos de piedras, cascajo y arenas, constituidos por cuarzo (I) Popper Julio.—Conferencia en el Instituto Geográfico Argentino. Ver Boletin. Tomo núm. 12.
y cuarcita, porfidos graníticos y felsíticos; por diorita, serpentina, sienita, traquita y anfibolita, en los que abunda el óxido de hierro magnético, el hierro titánico, las piritas de hierro y en los que se hallan diseminados en pequeñas proporciones granates y rubies diminutos, escamitas de platino y pepitas de oro.
Este oro esparcido en la inmensa masa de los resíduos minerales que lo envuelve, sería difícil de extraer de las profundidades en que se encuentra y estaría perdido para la humanidad si las olas del Océano, si la Naturaleza misma no se encargara de ponerlo al alcance del hombre.» Cuando se tiende la mirada por el panorama montañoso de las islas fueguinas, se siente estar, desde el primer momento, en presencia de un escenario que ha experimentado grandes transformaciones. Sus crestas empinadas, agudas casi siempre, sus plegamientos verticales ú ondulados, la trasposición en el órden de las capas geológicas, los precipicios y la confusión de las cadenas, hacen de aquel nudo un laberinto, en el que en revuelta confusión se amontonan las edades.
El enfriamiento contínuo de la tierra disminuía su volúmen, las altas temperaturas interiores producían las erosiones subterráneas.
¿Fué en los términos de los tiempos terciarios?
¿Fué en los comienzos de la era moderna?
Frente á Ushuaia, en las cadenas del Oeste de la isla Navarino, formadas por inmensas moles de granitos cuarzosos se presentan bien claras y definidas las capas plegadas sobre si mismas, como si la presión en dirección del actual Norte y Sud, las hubiese trabajado.
Parece que en esa transición entre los tiempos terciarios y la era actual, correspondiente á la que produjo los hundimientos que inclinaron hacia el Este el suelo patagónico, la corteza de la tierra sufrió allí numerosas dislocaciones, produciéndose una série de canales que los aluviones han ido cubriendo paulatinamente, como sucede con los ríos del Sud de Santa Cruz, en cuyas barrancas, cuando están desprovistas de vegetación, suelen hallarse sus indicios.
El Magallanes y el Beagle, pertenecieron también á estas inmensas grietas.
Asi asomarou en las faldas de aquellas montañas las más antiguas rocas.
Asi la Era Arcáica que no existe en los Andes septentrionales, pero sí en la cordillera de la costa, vése en los contrafuertes australes y cordón central contiguo, el Palcozóico surge bien caracterizado en las Malvinas, nada se ha visto del período cámbrico, pero entre los estratos de estas islas, indudablemente pertenecientes al nudo austral, se tienden las rocas del período Devónico.
El período carbonífero, también está representado en el Sud, por vetas que, según los propietarios de las minas en explotación, corren de Norte á Sud, desviándose al Sudeste para entrar á territorio argentino, en el Sudoeste de Tierra del Fuego.
En Punta Arenas se explota una mina. Los carbones de Tierra del Fuego se están estudiando en Londres.
Es muy probable que pertenezcan al carbonífero superior.
La Era Mesozóica tiene en el Sud sus representantes, como debe tenerlos el Pérmico.
El Cretáceo ocupa también una parte de las regiones australes, y según Darwin, los esquistos arcillosos del Puerto Hambre y Estrecho de Magallanes pertenecen probablemente al Cretáceo inferior.
La Era Cenozóica ha tenido allí un hermoso teatro, tiguan sus revueltas rocascomo lo atesGrandes glaciares han trabajado allí, y rastros de los ventisqueros son las moles de 80 metros cúbicos, de bloques erráticos, que asoman á largas distancias de las montañas. Aunque en el Territorio de Tierra del Fuego estos están dispersos por toda su extensión, en la parte norte son más abundantes y de mayor tamaño, observándose la llanura, cubierta por ellos en tal cantidad, que, en la distancia, hay lugares en que su aspecto semeja poblaciones con sus casas pintadas de blanco. Su mayor abundancia se nota especialmente en las proximidades de la bahía San Sebastián y entre ésta y Bahía Inútil, lo que se ha llamado Valle de San Sebastián.
Pero si en el intermedio de las dos edades antes indicadas evolucionaba bruscamente el Sud de Santa Cruz, en cambio, en el período carbonífero recién surgió del mar la Isla de los Estados, arrancada violentamente de la cadena de los Andes y doblada casi en ángulo recto hácia el Oriente—según la expresión del Profesor Domingo Lovisato (1) para quien el sistema montañoso de la isla se bosqueja en el Devoniano superior, para formarse en el Carbonífero, lo cual interpone, entre ambas épocas, los largos períodos Secundario y Terciario.
Según él, es una masa primitiva aunque no muy antigua, que sucesivamente han trabajado las aguas del mar y las nieves de las cumbres actualmente en estado de solevantamiento sensible, que comenzó en la última época glacial.
Como la Isla de Tierra del Fuego, la de los Estados, desprendida de la anterior, tiene sus cadenas formadas por rocas semejantes.
Poco complicadas ambas, se reducen las formas litológicas á la «esquistosa y á la cuarcitica de naturaleza porfírica aunque éstas se presentan en numerosas variedades.
Los micasquistos que se encuentran en Tierra del Fuego, no se hallan en la Isla de los Estados, así como tampoco las rocas calcáreas, más se encuentran en ambas los esquistos filíticos oscuros, los calcosquistos, los esquistos grafiticos, los esquistos cuarcíferos, los arcillo esquísticos, esquistos pizarreños, etc. (1) También son exclusivos de Tierra del Fuego con relación á esta isla, el gneis y los granitos y muy posiblemente, en las cadenas centrales, hay pórfidos.
Menciono á continuación las principales formas litológicas de las montañas australes.
(1) Expedición Bove.
Isla de los Estados Granito. Tierra del Fuego, desde el S. O. del Monte Sarmiento, toda la parte occidental de la isla, islas occidentales, Santa Inés, península de Brecknock, islas Stewart, Londonderry, Hoste, Dumas, Pasteur, Wollaston, Navarino, Lennox y Nueva, llegando hasta la de Cabo de Hornos.
Diorita. Faldas del Monte Sarmiento.
Dioriticas y sericiticas.—Hoste y Navarino.
Cuarzos, piedras arcillosas y carboniferas.—Canal de Beagle y casi toda la isla de los Estadosgaia.
Piedras verdes cloriticas.—North West Arm, Canal de Beagle y YandaRocas porfiricas blancas.—Canal de Beagle desde Ooskoovia á Navarino.
(El mapa geológico de Nordenskjöld lleva esta inscripción sobre la Cordillera Cárlos de Rumania: Disturbed Crystalline rocks», denominación que da también á las cadenas del norte del Fagnano, salvo la última, cabo Peñas y sus proximidades y parte norte de la península Mitre, que considera de la formación terciaria).
En minerales se encuentra: Oro. Región oriental de la isla de los Estados, faldas del Monte Richardson, canal de Beagle, costa atlántica de Tierra del Fuego y lecho de muchos de los ríos de esta isla, como Río de Oro, por ejemplo.
Plata Puerto Cook.
Plomo.—Isla de los Estados.
Bisulfuro de hierro (cristaloide ó compacto) Isla de los Estados y Tierra del Fuego.
Carbonato cálcico.—Isla de los Estados, Tierra del Fuego, inclusive bahía de Ooskoovia.
Sulfato de Bario.—Isla de los Estados.
Granate. Monte Darwin.
Lignita. Isla de los Estados, Punta Arenas y bahía Sloggett. () Turba. Abundante en la Isla de los Estados y toda Tierra del Fuego. () • Examinadas en conjunto las cadenas que cubren el archipiélago en la parte comprendida desde el Estrecho de Magallanes hasta la Isla de los Estados, producen el efecto de tener un punto central del cual partieran en diferentes direcciones. Este centro es el Monte Sarmiento, depies de altura, el más hermoso de todos, cubierto de nieve desde sus dos cúspides hasta el nivel del canal Magdalena que pasa á sus pies, el monte Buckland de 4000, á su Noroeste y las cumbres nevadas de sus alrededores, más bajas que estos, debido en parte á las dislocaciones y hundimientos, que elevaron sobre sus faldas las aguas del Magdalena y Sonda del Almirantazgo.
De este gran macizo, el conjunto más maravilloso de cumbres, nieves, () Muestras de estas pueden verse en el Museo de Productos Nacionales, armario correspondiente á Tierra del Fuego.
() Por mayores detalles, ver la conferencia del profesor D. Lovisato, Boletín del Instituto Geográfico Argentino, T. 3. p. 336.
vericuetos y arboledas que sobre la tierra le es dado admirar al viajero, se desprende con persistente dirección al Este una cadena que á lo largo de la costa Norte del Beagle, termina en el Estrecho de Le Maire, para reaparecer á continuación, ocupando toda la isla de los Estados.
Este es indudablemente el cordón principal, los verdaderos Andes fueguinos, pues en él se alzan las mayores alturas, los montes Darwin depies, Francés de 7.052, Olivaia () de 4.324. Cornu de 4.543. Manu El Monte Sarmiento (7330 piés de altura) visto desde el Canal Magdalena de 2.975 y ei La Hovari de 2.736. Y es curioso el aspecto de esta sucesión de alturas. que corriendo como dije, al Este, se presentan apenas unidas en la base, formando sus contrafuertes pequeñas cadenas de Norte á Sur, como si fueran un alineamiento paralelo.
La Cadena Mayor ó central—y al escribir tengo por delante los mapas de Popper, cartas del Almirantazgo y mis apuntes de viaje—es la Sierra Darwin, dentro del territorio chileno de Tierra del Fuego y las continuaciones de la de Valdivieso, á las que en conjunto llamó Popper Cordillera Cárlos de Rumania.
Mientras en el Norte los contrafuertes de esta cordillera constituyen dos cordones perfectamente definidos y continuos, menos altos, como es natural, pues apenas pasan de los 1.000 pies y menos agudas sus cimas totalmente cubiertas de vegetación, los macizos del Sud, cuyos últimos ramales visibles llegan á la isla del Cabo de Hornos, se tieuden interrumpidos continuamente por un verdadero enjambre de bahías y canales, ocupando el archipiélago austral desde las islas Canden y Stewart hasta las de Lennox, Nueva é islas Wollaston.
El segundo cordón, partiendo también de ese gran centro que yo () En la mayor parte de los mapas se lee Olivaia. Sin embargo, el verdadero nombre es Olivia, nombre de la esposa de uno de los goberuadores de las Malvinas. (Payró) Olivia. leído por un inglés, sueua Oliváia; como Maipú, Meipiú; Chacabuco, Choquibiúco; y lo oyó un español y escribió Oliváia.
—Ia Cordillera Carlos de Rumanin, frente & Ushuaia.
Vista desde el Caual Beagle.
llamaría Eje Sarmiento por la dirección que lleva, se dirige al Noreste, en cuchillas paralelas que surgen de la Sonda del Almirantazgo hacia la bahía de San Sebastián, desapareciendo dentro del territorio argentino, cuyo suelo se presenta suavemente quebrado por sus últimos anuncios.
Popper la llamó Cármen Silva, y es el nombre que conserva.
Al Noreste de la Sierra Cármen Silva, en la península que alli forma Tierra del Fuego, limitada por bahia Inútil y el Estrecho de Magallanes, corre la sierra Balmaceda, á la que pertenecieron seguramente las cimas de la isla Dawson, separadas hoy por las aguas de Bahía Inútil y corriendo dicha Balmaceda con rumbo al Nor Noreste.
Las otras cadenas del Eje Sarmiento se tienden por la isla Clarence, peninsula de Brunswick y parte Sudoeste del archipiélago, corriendo las primeras hacia el Norte y las otras al Noroeste y Oeste.
Mas los contornos actuales de Tierra del Fuego especialmente, aun después de las grandes transformaciones á que antes me referí, no son los que tuvo en las épocas geológicas anteriores. El mar se retiró en varias edades para avanzar nuevamente y volverse á alejar, y en este movimiento continuo fué dejando terrenos en descubierto, de manera que, cuando el viajero recorre tanto la parte oriental como la costa especialmente, va viendo muchas veces, á más de una milla adentro, los contornos de las antiguas bahías limitadas por las barrancas que se extienden á lo largo de toda la costa, y que los vientos transforman, convirtiéndolas en una línea contínua, notablemente visible, desde el Cabo San Sebastián hasta el de San Pablo, por ejemplo, que son las que yo he visto.
Allí, las curvas apoyadas muchas veces en los actuales peñazcos que se internan al mar, formadas por esas barrancas, ofrecen, próximas á la costa, una llanura en que las lluvias forman vegas ó llanuras planas y verdes pastizales.
En Tierra del Fuego, tanto dentro de los cordones pertenecientes á la Cordillera Cárlos de Rumania, como en la llanura que bajando de ellos y de las cadenas Cármen Silva va en suave declive hacia el mar, se forman numerosos lagos, lagunas, ríos y arroyuelos ó chorrillos, que constituyen el más abundante sistema hidrográfico que haya visto yo reunido dentro del territorio argentino En los senos de la Cordillera Cárlos de Rumania se forma el Lago Fagnano, de una longitud calculada en 60 millas y cuyo fondo apenas profundo en casi toda su extensión,—compuesto por las rocas que bajan de las montañas que lo circundan—y tendiendo á ambos lados su angosta playa de dos á tres metros en que las piedras se muestran entre la arena, desmenuzadas, rodadas y trabajadas por las aguas, y cuyo fondo decía, tiene hacia el centro del lago angostos canales de mayor profundidad.
Numerosos arroyuelos bajan á él por toda la costa, y, en el extremo occidental, desagua por el río del Almirautazgo.
La cadena que se extiende por su lado Norte de Oeste á Este, lo separa del lago Jhuin, con el cual,—pues el nivel de sus aguas es mayor que el de este,—debe tener filtraciones que lo proveen, además de los arroyos y las lluvias.
Aunque su tamaño es mucho menor que el del Fagnano, el lago Jhuin ofrece un aspecto muy parecido, por ser casi las mismas monta ñas las que lo circundan, por sus bosques y sus costas.
Al noroeste del Jhuin, contemporáneo de los anteriores y formado por las mismas causas, se encuentra el Ch'eépel. llamado por los viajeros anteriores Cheepelmeg. nombre mal dado á mi juicio, pues no lo he oido nombrar así á los indios y sí de la primer manera. Nordenskjöld lo llamó lago Solier, sin duda ignorando el nombre indio. Según su mapa se comunica con el Fagnano, por un río que ha llamado río Jofre.
La sierra que limita el Ch'eépel por el norte y que se alzó en la época terciaria, lo dividió en dos, desaguando el lago que de él se habia formado al norte, por lo que hoy es el valle por donde corre el río del Fuego, y dejando una vasta llanura bañada por un grupo de lagunas,las Lagunas Suecas. (1) de las cuales alcanzamos á ver siete y á las que corren numerosos chorrillos.
El resto del territorio, en la parte llana, está cubierto de innumerables lagunas, algunas de más de dos leguas de longitud.
En cuanto á los abundantes ríos. mencionaré de paso los que en esta isla pertenecen á Chile, sólo por la exigencia de esta descripción general.
En la parte norte desemboca el río Urache que desagua en el Estrecho de Magallanes y en las faldas occidentales de la sierra Balmaceda, se forman y desembocan en la bahía Felipe, los ríos del Oro. Stubenrauch y Serrano, al oeste del cabo Boquerón el Santa María y á la Sonda del Almirantazgo el del mismo nombre, que nace en el Fagnano.
Nordenskjöld, que visitó este río, le dió el nombre de río Azopardo.
Como sucede con el lago Ch'eépel, debe reconocerse aquí y conservarse el de Almirantazgo pues aquel viajero no tiene derecho alguno para cambiar la denominación de un río, perfectamente estudiado y determinado antes que él y conocido así en todo el archipiélago.
Respecto á los ríos argentinos, el mayor número de éstos, siguiendo los accidentes del suelo, corren al Atlántico; poto profundos siempre, de escasa corriente y aunque por llano. en casi toda su marcha, tortuosos cual si fueran revolviéndose entre los caprichos de angostas quebradas.
Como los naturales de Tierra del Fuego en casi todos los casos no han dado nombre más que á los lagos, los viajeros modernos bautizaron los rios como mejor les pareció, desconociendo unos el derecho de los anteriores y volviendo á darles nuevos nombres los europeos que posteriormente se radicaron allí, de donde ha resultado una completa confusión.
Lista llamó río Pellegrini al que desemboca al noroeste del cabo Peñas, este nombre duró poco, pues pronto fué denominado rio Popper, lo que no puede decirse que haya sido mal hecho, porque la narración de Lista es incompleta y difícilmente se reconoce por ella el río Pelle(1) Nombre dado por Nordenskjöld.
grini, pero á pesar de que el río Popper no estaba mal dibujado en su mapa, en el que hasta se indican algunos afluentes que realmente existen y que en mapas posteriores no han sido señalados, este río, hoy, se llama Río Grande.
Cosa parecida sucedió con el río 12 de Diciembre que llamó así Lista y que Popper bautizó río Cernadas, lo mismo que los rios Alfa, Beta, Gamma, Delta, etc., que ni siquiera consideró el explorador dignos de ser trazados en su mapa, por lo que el segundo halló conveniente nombrarlos de distinta manera, poni.ndo una larga serie de nombres con los que estos señores y más tarde los habitantes, sin conocer los trabajos anteriores, los han llamado como mejor les ha parecido, de manera que entre todos han hecho también otro magnífico enredo.
Que Lista los confundiera no es extraño. Este explorador tenía muy buena voluntad y mejores intenciones, pero le faltaba preparación en la materia; á Popper en cambio le sobraba vanidad.
Es suficiente echar una mirada por el mapa de Lista, hoy que conocemos mejor el territorio, para comprender la cautidad de errores que hay en él.
Ha pasado por la costa y la dibujado todo el interior..... Si ha seguido el itinerario que indica, ni aun subiendo á las más altas cuchillas de la costa pudo haberlo visto, primero porque desde la costa,—que yo también he recorrido—no se ven los cordones interiores, porque son bajos, y segundo porque todo está cubierto de robles. Ese cordón que él llama cordillera de los Nadales y que indica como si fuera la cadena más alta, dándole una densidad de color igual á la del monte Darwin, pasa apenas de los 200 metros de altura y en caso de existir esas cadenas interiores, son mucho más bajas ann, pues se reducen á simples lomas. Si subió á alguna altura, vió perfectamente clara la cordillera Cárlos de Rumania, marcada por una sucesión contínua de picos nevados y corriendo perfectamente definida de Oeste á Este. Más aún, en su itinerario por el canal de Beagle, la vió todos los días de un extremo á otro y en su mapa, apenas la indicó como simples barrancas de la costa.
La poca duración de los nombres dados á los ríos se explica fácilmente, al reconocer sobre el terreno que á la mayor parte de éstos se les ha exagerado, sobre todo en el mapa de Popper.
¿Dónde están los ríos Zeballos, Cernadas, Larrazábal, Lainez, Irigoyen y otros?
Simples arroyuelos de uno y dos metros de ancho—Chorrillos—como allá se les llama, nacidos en las cadenas de la costa, sin agua algunos meses del año y continuamente variables en su curso, desapareciendo á veces para siempre ó convirtiéndose en afluentes de otros en aquella transformación contínua del suelo fueguino, en aquel laberinto de arroyuelos, esos montes tenian que desaparecer como los mismos ríos.
A sus cambios hay aún una causa más que agregar,—el viajero de Tierra del Fuego no lleva casi siempre más que dos guías solamente, el indio ó la brújula. Y es tal la cantidad de corrientes de agua, que el.
― nombre pierde completamente su importancia. ¿Y quiénes son esos viajeros? Los buscadores de oro que viajan por la playa y que para indicar tal ó cual río ó arroyo dicen: —El que sale al norte ó al sud—del cabo Peñas, ó Inés, ó San Pablo. Eso les es suficiente.
Sin importancia pues la mayor parte de esos pequeños cursos, debido á la gran cantidad que. hay de éstos y á la abundancia de agua en todas partes, al hacer mención de los ríos, creo que debo concretarme á los principales.
Rio Cullen—Así lo llamó Popper y sigo su nomenclatura. Al Norte de la bahía San Sebastián. Nace en territorio chileno y corriendo al Este desemboca en el Atlántico..
Rio San Martin—Ver mapa de Nordenskjöld. Nace como el anterior y desemboca en la bahía San Sebastián.
Rio Carmen Silva—Nace en las cercanías del Este de la Sierra del mismo nombre, corre en esa dirección, dobla bruscamente al Sudeste y desagua al Norte de Cabo Domingo.
Rio Grande—Antes Pellegrini y Popper. Nace en las proximidades de la línea de límites con Chile y es por el caudal de sus aguas el más importante. Corre directamente al Océano, recibiendo á su márgen derecha los afluentes: Rio de la Turba— Que nace en la laguna Deseada y va á juntarse al Río Grande, no directamente, como lo indicau algunos mapas, sino describiendo en la segunda mitad de su curso dos grandes curvas, una al Este y la otra al Oeste.
Rios Menendez y Mack—Lhenan—Estos dos afluentes del Río Grande, no consarvarán esos nombres, si los interesados no los hacen constar en mejor forma.
Rio del Fuego—Nace al Norte del lago Cheépel, en la región de las Lagunas Suecas, corre al No oeste, describiendo una curva semejante á la del río de la Turba, penetra á uua laguna á dos leguas de la costa y corre á desembocar junto al campamento del nombre suyo, teuiendo la particularidad de que, en sus términos, va paralelo al mar y tan próximo á él que muchas veces se revuelven sus aguas, por espacio de más de seis cuadras. Nordenskjöld se equivocó al suponerlo afluente del río Grande y también al darle el nombre de Río de la Candelaria.
Rio Evan—For su importancia, bien puede ser considerado el segundo rio de Tierra del Fuego. Va de Sud á Norte y desemboca cerca del —cabo Inés, recibiendo numerosos afluente por ambos lados, algunos importantesindicaron y que yo no he Rio Irigoyen—Respetando lo que otros visto, quiero suponer que el río Irigoyen tenga la longitud que Popper le ha dado, pero es imposible. Según eso, sus nacientes estarian en el mismo lago Fagnano. lo que no es así, pues en ese meridiano, pasarían ya cortándolo, las primeras aguas del río Ewan.
Rio Lopez—Al Este del cabo Argentino, sobre la costa Sud, desemboca al río de este nombre.
Rio Gral. Cerri—Lo forman las vertientes de las dos cadenas que cierran el Fagnano por el Norte y fuimos nosotros los primeros en verlo..
Corre de Oeste á Este, mas no pudimos comprobar si desembocaba en el lago ó iba á echar sus aguas al Jhnin, pues solamente lo cruzamos y los grandes bosques interrumpiau inmediatamente las visuales. Parecía venir de lejos por su gran masa de agua y las muchas ramas y trozos de troncos que arrastraba. A mi juicio desemboca en el Fagnano, por una ancha boca que es fácil divisar cerca del meridiano 68°, al Oeste.
Rio Yofre—Así le llamó Nordenskjöld. Pone en comunicación las aguas del Ch'eépel con las del Fagnano. Más adelante, si me es posible, me ocuparé de él.
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