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El sueño del soldado

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Nota: Se respeta la ortografía original de la época

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EL SUEÑO DEL SOLDADO


Las trompetas tregua impusieron;
Que la Noche alzó su pendón,
Y sus centinelas cubrieron
Del cielo la vasta extensión;

Y los combatientes rendidos
Caído habían por doquier,
A dormir cansados, ó heridos
A dar el aliento postrer.

Con los muertos, junto á la hoguera
Que detiene al lobo voraz,
Tendido en la paja rastrera
Quedé envuelto en olvido y paz.

Y en sueños una peregrina
Escena contemplaba yo,
Que antes de la luz matutina
Tres veces mi mente halagó.

Lejos de la fatal contienda,
Lejos, muy lejos me encontré,
Por una solitaria senda
Descuidado llevando el pie.

Del sol de otoño á los destellos
A casa de mis padres vi
Llevar la senda; les vi á ellos
Que me llamaban desde allí.

A aquellos alegres collados,
Corrí entonces con avidez,
Donde sin penas, sin cuidados,
Pasó mi cándida niñez.

Y los rebaños trepadores
Oí por los cerros balar,
Y escuché de los segadores
El rústico dulce cantar.

Henchido de júbilo el pecho
Con vino una copa empiné,
Y "De mi familia y mi techo"
"Jamás," dije, "me apartaré."

De mis hijos, al cuello asidos.
Cien y cien besos recibí;
Y en acentos enternecidos
Mi esposa habló: "¡Quédate aquí!

"¡Quédate aquí en largo reposo!
"¡Nunca á la guerra volverás!"
Y el veterano venturoso
Otra vez juraba "¡Jamás!"

Pero al descubrirse la aurora,
Tornó el corazón al dolor,
La voz muriendo encantadora
En el oído soñador.